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José Luis Guarderas Sáez: Recordado profesor y servidor público

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El 26 de julio se cumplieron cinco años de la partida del recordado profesor y servidor público valdiviano José Luis Guarderas Sáez. Nació el 13 de septiembre de 1940 en Valdivia y fue el mayor de los cuatro hijos del matrimonio formado por José Luis Guarderas Farías e Isora Sáez Uribe. José Luis Guarderas Sáez realizó sus estudios básicos en la Escuela N° 3 y el Instituto Salesiano de Valdivia, mientras que las humanidades las cursó en el antiguo Liceo de Hombres, cuando funcionaba en calle General Lagos. Con posterioridad estudió Pedagogía en Castellano en la Universidad Austral y luego revalidó su título en la Universidad de Chile. Su carrera laboral la inició en el sistema educacional público en abril de 1961 en el Liceo de Hombres de Valdivia, donde trabajó hasta 1967. Luego asumió la inspectoría general del Centro de Educación Media del Liceo Industrial, en cuya fundación había participado mientras fue coordinador de la Intendencia Provincial y encargado provincial de la Reforma Educacional. Además fue profesor de la asignatura de Castellano hasta 1973, cuando asumió la dirección del Liceo Industrial, hasta agosto de 1975. Posteriormente fue trasladado al Liceo de Corral, donde también fue su director y luego volvió al Liceo Industrial como inspector general, hasta 1986. Entre 1990 y 1997, José Luis Guarderas Sáez se desempeñó como académico part-time de la Universidad Austral en el Campus Pelluco de Puerto Montt. También, entre 1990-1994 fue seremi de Economía y Hacienda de la Región de Los Lagos; luego secretario de planificación comunal de la Municipalidad de La Unión y director de desarrollo comunitario en los municipios de Puerto Montt y La Unión. También fue concejal por la comuna de Lago Ranco. Como militante del Partido Demócrata Cristiano durante toda su vida, fue fundador del conglomerado en Valdivia, dirigente político y candidato a regidor. En su vida personal, en 1990 conformó su nuevo hogar con Patricia Esmeralda Silva Alvarado y se casaron en el año 2015. Fueron padres de María José y abuelos de Maite Alfonsina. Además, en su primer matrimonio fue padre de tres hijos: José Luis, María Inés y Ximena Alejandra, quienes le entregaron siete nietos. "Lo recuerdo y recordaré siempre como un hombre bueno, consecuente y que siempre veló por el bienestar de todas las personas, sin importar sus creencias políticas o religiosas. Siempre valoró más al ser humano que las cosas materiales. Fue un excelente esposo, padre, hijo, abuelo y hermano. Un excelente profesional, que amaba ser profesor y se sentía orgulloso de ser demócrata cristiano. Siempre se caracterizó por su calidad humana y por ser una persona de una inteligencia mayúscula", recuerda su esposa Patricia Silva Alvarado. Y agrega que "este obituario es un recuerdo de amor para mi amado esposo, a quien siempre llevamos en nuestros corazones como familia" y que "día a día, sigue viviendo en nuestras vidas". José Luis Guarderas Sáez abandonó la vida terrenal el 26 de julio del año 2019 y sus cenizas -por voluntad propia- descansan en un rincón mágico, en el río San Pedro.

26 de julio de 2019 se marchó para siempre José Luis Guarderas Sáez, profesor y destacado hombre público valdiviano.

Luis Ernesto Moraleda Tapia: Un médico en el corazón de Valdivia

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Definido por sus colegas, alumnos, pacientes y por las instituciones donde se desempeñó como un profesional noble, dedicado y con una tremenda vocación de servicio, el pasado miércoles 17 de julio se marchó para siempre el querido médico valdiviano Luis Ernesto Moraleda Tapia (Q.E.P.D.). Luis Ernesto Moraleda Tapia nació en Machalí el 5 de mayo de 1947 y fue hijo del matrimonio formado por Rudelindo del Carmen Moraleda y María Ester Tapia González. Realizó sus estudios primarios en la Escuela Concentrada N°3 de Talca y las humanidades en el Liceo de Hombres de Talca. En su vida privada, el 4 de enero de 1974 contrajo matrimonio en la ciudad de La Unión, con Estela Muñoz Peralta y fueron padres de 3 hijos: Luis Roberto (Q.E.P.D.), Carlos Javier y Paulina Alejandra, quienes a su vez han prolongado la descendencia a un nieto: Martín Ignacio. En su formación en la educación superior, el doctor Luis Ernesto Moraleda Tapia cursó sus estudios de Medicina en la Universidad Austral de Chile (UACH) entre los años 1968 y 1974, especializándose en Pediatría. Además, en el año 1988 viajó a España y obtuvo la subespecialidad en Gastroenterología, en la Clínica Infantil "La Paz" de Madrid. En el año 1975 ingresó a trabajar al entonces Hospital Regional de Valdivia (hoy Hospital Base), en el cual se desempeñó hasta el 2023 (año en que se acogió a retiro) en la Unidad de Urgencia Pediátrica. Fue el especialista que comenzó con la Gastroenterología Infantil como subespecialidad en este centro de salud. Paralelamente, el doctor Moraleda destacó por su labor como académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral y aportó notablemente en la formación de generaciones de profesionales médicos y otras carreras afines. Sus alumnos y alumnas lo nombraron Maestro de la Generación 1994 de la Escuela de Medicina. También fue un destacado y activo integrante de la Filial Los Ríos de la Sociedad Chilena de Pediatría. En el año 2018 y motivado por dejar plasmada su experiencia a través de la literatura, presentó el libro autobiográfico "Memorias para no olvidar, un intento por recordar", donde incluye pasajes de su infancia, de sus años como estudiante de Medicina, anécdotas junto a compañeros de generación y desarrolla el contexto de su labor académica en la Escuela de Medicina y en su querido Instituto de Pediatría de la UACH. Precisamente desde la UACH recordaron que su labor profesional "fue más allá de la dedicación y paciencia en la formación de estudiantes de pre y post grado. Mostró siempre una incesante búsqueda diagnóstica y una desinteresada entrega a sus pacientes y familiares". Mientras que desde la Sociedad Chilena de Pediatría recordaron "su tranquilidad, su capacidad de justicia, su sabiduría, su humildad para escuchar y establecer diálogos sencillos y profundos y por sobre todo mantener, defender y luchar por sus principios, sin transarlos jamás. Él decía que los principios se adquieren con lentitud, pero pueden perderse con la velocidad de un rayo". El doctor Luis Ernesto Moraleda Tapia falleció el 17 de julio de 2024 y su cuerpo descansa en el Cementerio Parque Los Laureles de Valdivia.

17 de julio de 2024 se produjo el fallecimiento del médico valdiviano, quien desarrolló su fecunda labor en la Universidad Austral y en el Hospital Base.

Pan compartido

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En este domingo, último de julio, en la celebración de la Eucaristía se nos brinda una nueva ocasión de proclamar, acoger y reflexionar la Palabra de Dios, que siempre nos interpela y aporta dimensiones nuevas y necesarias para nuestra vida creyente.

El evangelio de hoy está tomado de San Juan (Jn 6, 1-15). El capítulo 6 es una de las obras maestras de la teología y la catequesis de San Juan y por ello se ha escogido este capítulo, que nos servirá en cinco domingos para que la comunidad pueda enriquecerse con esta alta y hermosa catequesis del pan de vida. Hoy se nos lee el milagro (el signo, mejor) de la multiplicación, que sirve de introducción a toda la reflexión posterior. Es uno de los signos con los que está elaborada la narrativa del evangelio de Juan y que ha sido muy comentada entre los especialistas. En realidad es el que más semejanzas tiene con los relatos de la multiplicación de los panes de los sinópticos (cf Mc 6,30-44; 8,1-10), aunque nos propone algunos detalles que pueden servir muy bien a la teología propia de este evangelista.

Durante cinco domingos vamos a leer casi en su totalidad de este capítulo 6 del evangelio de San Juan. Debemos estar muy atentos, porque este evangelista usa muchos símbolos. Hoy se nos presenta la narración de la multiplicación de los panes y los peces.

San Juan subraya como ningún otro, el carácter eucarístico de la multiplicación de los panes. Para las primeras comunidades cristianas, la Eucaristía no era solo el recuerdo de la vida, la muerte y la resurrección del Señor; era también una anticipación de la fraternidad del Reino de Dios. Toda eucaristía ha de estar orientada a crear fraternidad.

No podemos escuchar el evangelio cada domingo sin reaccionar a las llamadas del Señor. No podemos pedir al Padre "el pan nuestro de cada día" sin acordarnos de tantos y tantos que tienen enormes dificultades para conseguirlo cada día. En definitiva, no podemos comulgar con Jesús sin hacernos más generosos y solidarios; más humanos y más hermanos.