La Iglesia Luterana cumple 137 años en Valdivia y busca recuperar su templo
DESAFÍOS. Hacer crecer la comunidad y mejorar la infraestructura son algunos de los objetivos de la institución. Como parte del aniversario se reforzó una campaña de recolección de fondos.
Con un culto de agradecimiento y música coral en vivo fue el hito central de la celebración de los 137 años de la Iglesia Luterana en Valdivia. La jornada, a la que asistieron autoridades locales y regionales, fue para repasar los principales avances y desafíos pendientes de la comunidad evangélica cuyo pastor es Eduardo Silva.
El nacimiento de la iglesia en la capital de Los Ríos se debe al trabajo de los colonos y pastores Karl Manns y Hermann Geisse que llegaron en el bergantín "Victoria". Ellos promovieron el credo luterano traído desde Alemania y gracias a Luis Rudloff, Pablo Springmüller, Santiago Petersen, Enrique Preisler, Johann Rothgaenger y Enrique Giebhardt se creó, en 1887, la Sociedad Evangélica Luterana. El primer culto fue celebrado en octubre de ese año.
Durante su larga existencia, la iglesia ha destacado por acoger el primer kindergarten de Valdivia en 1905. Además se volvió un icono cultural y social gracias a su órgano de tubos construido por Detlef Kleuker; e incluso se sobrepuso a la devastación del gran terremoto de 1960. También destaca por haber creado el Hogar Luterano, orientado principalmente a la atención de niños y jóvenes, y a permanentes campañas solidarias como la de canastas de alimentos realizada durante la pandemia por covid-19.
Necesidades
Con motivo de la celebración es que María Ema Hermosilla, presidenta del directorio de la Iglesia Luterana de Valdivia, señaló que hay dos grandes propósitos en el corto y mediano plazo: hacer crecer la comunidad y mejorar la infraestructura del templo.
"Este es un lugar sagrado, que ha sido testigo de momentos cruciales en la vida de nuestra comunidad y de la sociedad valdiviana, y que ahora nos toca a nosotros preservar, no solo por su valor histórico y cultural, sino fundamentalmente porque representa la fortaleza y el compromiso de nuestra fe compartida", dijo Hermosilla.
Y agregó: "Pero nuestro trabajo no se puede limitar a la estructura física. Otro desafío que enfrentaremos con la ayuda del Señor, es hacer crecer nuestra comunidad. En tiempos donde la secularización de la sociedad amenaza con desdibujar los valores que sostienen nuestra convivencia y bienestar, es vital que nuestra iglesia sea una luz que guíe a quienes buscan un propósito y significado más profundo en sus vidas, ya que una sociedad que se aleja de Dios corre el riesgo de perder el rumbo, cayendo en el individualismo, el materialismo y la desorientación espiritual".