Valdivia no puede seguir esperando. La construcción del Puente Cochrane es una necesidad urgente para nuestra ciudad. Esta obra aliviará la congestión en sectores claves como la Isla Teja, el centro y la Costa, y marcará un antes y un después en nuestra conectividad, calidad de vida y desarrollo como capital regional.
Hemos avanzado. El traslado de la histórica Casona Lopetegui es un hito que permitió despejar el camino para esta construcción. Cuando asumí como alcaldesa, planteamos al Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) la urgencia del Puente Cochrane. Ese llamado fue escuchado, logrando acelerar los procesos necesarios para llegar a la licitación. Sin embargo, como era previsible, el presupuesto estimado antes de la pandemia resultó insuficiente frente al costo actual de la obra.
Hoy, la gran pregunta es si estarán disponibles los recursos para concretarla. Lo que pido, en nombre de Valdivia, es simple pero urgente: no se puede seguir postergando a nuestra ciudad. Este puente es tan clave para nuestro presente y futuro que merece los esfuerzos presupuestarios que sean necesarios.
El único puente que conecta la Isla Teja con el centro se terminó de construir a comienzos de la década de los 50. En pleno 2024, 74 años después, es inconcebible que sigamos dependiendo de una sola vía de conexión para miles de personas, con el impacto que eso tiene en la congestión y la calidad de vida de nuestros vecinos. Valdivia, como capital regional, necesita soluciones a la altura de sus desafíos.
El Puente Cochrane es mucho más que concreto y acero: es un símbolo del progreso que Valdivia requiere para consolidarse como una ciudad moderna y funcional. Esta obra representa una oportunidad de crecimiento, de mejorar la calidad de vida y de proyectar nuestra ciudad hacia el desarrollo que soñamos.
Hemos tocado puertas, presentado argumentos y seguiremos trabajando incansablemente para que esta obra se haga realidad. Nuestra comunidad ha sido paciente. Cada día que pasa sin avances concretos es un día más en que nuestra ciudad ve frenado su potencial.
No se trata solo de resolver un problema de tráfico, sino de proyectar a Valdivia hacia el futuro. Este puente es una inversión estratégica que generará empleos, dinamizará nuestra economía y será un símbolo del desarrollo que queremos para nuestra comuna. Necesitamos el Puente Cochrane y lo necesitamos ahora. Valdivia no puede ni debe seguir esperando.