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El evangelio de la vida

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Las lecturas de este domingo nos muestran un itinerario de vida cristiana que nace con la proclamación y la escucha de la Palabra de Dios. Una Palabra que revela a un Dios que apuesta una y otra vez por la humanidad, amándola hasta el extremo. El proyecto de Dios está encaminado a construir una esperanza nueva en la humanidad. El objetivo es que toda persona tenga un sentido de vida, basado en la justicia, la paz y la dignidad.

Dios con su Palabra nos convoca a todos y cada uno de nosotros a vivir en clave de encuentro, porque es un Dios Padre, que se hace cercano y acogedor de las diversas historias personales.

Es una invitación abierta, que necesita de una respuesta, porque todos estamos llamados a participar en esta dinámica de realización personal y comunitaria.

El mensaje que trae Jesús es el anuncio del Reino de Dios, un nuevo tiempo para proclamar y evangelizar, palabras que repite y que dan una verdadera dimensión de su misión profética y mesiánica. Su enseñanza es activa y renovadora, con el objetivo de no quedarnos ensimismados en tradiciones y modos antiguos, que en ocasiones están vacíos.

Recuperar el espíritu profético, para anunciar la Buena Noticia, aquí y ahora, en nuestra realidad, en nuestros ámbitos, porque es una tarea más que necesaria en la actualidad.

Fruto del máximo amor que Dios nos tiene es el envío de su Hijo, para facilitarnos las cosas; su encarnación marca un antes y un después, ya que nos ofrece un nuevo horizonte para nuestra vida. Su mensaje, sus acciones calan en lo más profundo de nuestros corazones, para que desde ahí sigamos proclamando una palabra de aliento para nuestro mundo convulso.

Comenzamos por nosotros mismos, por nuestro entorno, para que desde ahí podamos ir dando pasos, y siendo los mejores embajadores de Cristo en nuestra sociedad.

Francisca Sepúlveda Sepúlveda: Un ejemplo de superación

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Durante la madrugada del 22 de enero de 2025 y a la edad de 95 años falleció Francisca Sepúlveda Sepúlveda (Q.E.P.D.), rodeada de sus hijos en la casa de su nieta Soledad, en Pudahuel. Francisca Sepúlveda nació el 30 de marzo de 1929 en Valdivia. Su madre, Rosa Sepúlveda, la crió con los rigores propios de los hijos de la clase obrera del primer tercio del siglo pasado. Se educó hasta donde pudo: tercero básico. La historia familiar cuenta que "la escuela a la que asistía se incendió. Junto a su madre recorrió las calles y los ríos de Valdivia, jugando, riendo y acompañándola en su trabajo. Fue una infancia dura y marcada por la vulnerabilidad. Ya siendo mayor, cual Violeta Parra, tomó el tren rumbo a Santiago. Emigró desde la ciudad más linda de Chile, pues Valdivia y el sur, en general, en esos años expulsaban a sus hijos al no ofrecerles las condiciones necesarias para prosperar. Lo único que tenía eran sus manos y la convicción de que debía trabajar para salir adelante". En Santiago contrajo matrimonio con Germán Emilio León Castro, el 16 de septiembre de 1955, en Conchalí. Tuvieron cuatro hijos: Érika, Mónica, Víctor y Francisco, además de siete nietos y cuatro bisnietos. Luis Germán León, su nieto mayor, la recuerda así: "Ella me crió a mí y a mi hermana. Nos acogió cuando mi padre nos abandonó. Desde ese momento, siempre admiré su fortaleza. Tenía en el living de su casa la clásica foto de Valdivia desde el puente Pedro de Valdivia, mirando hacia la feria fluvial. Siempre miré esa foto y soñé con conocer esa ciudad. Por eso, cuando el puntaje de la PAA me dio la opción de estudiar Periodismo en la UACh, por fin conocí su ciudad natal, donde me enamoré y formé familia. Su apoyo para terminar mis estudios fue fundamental". Y reflexionó: "Ella fue una obrera y dueña de casa, siempre junto a su marido, quien solo trabajaba, pero no cuidaba. Así se formó nuestro pueblo, donde los verdaderos héroes no son los hombres, sino las mujeres que sacaron adelante a sus maridos e hijos. El nuevo siglo nos invita a reflexionar que ahora esta no es una labor ni un deber de un solo género, sino una tarea compartida". Agrega que " vivió sus últimos años de vida rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos, y siempre fue un ejemplo de que ser obrera no impide tener convicciones políticas claras. En dictadura participó activamente en las manifestaciones en contra de la dictadura y se sumó a la campaña del No, como militante de base de la Democracia Cristiana, pero siempre respetó a sus hijos y nietos militantes de izquierda". Ahora, su cuerpo descansa en el Cementerio Metropolitano de Santiago.

22 de enero de 2025 se marchó para siempre Francisca Sepúlveda Sepúlveda, quien nació en Valdivia y abandonó el mundo terrenal en la comuna de Pudahuel.

Samuel Heriberto Moreno Urrea: Su familia estuvo en el centro de todo

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A los 64 años de edad, el pasado 26 de diciembre de 2024 emprendió rumbo hacia la eternidad Samuel Heriberto Moreno Urrea (Q.E.P.D.). Nacido el 30 de diciembre de 1960 en Valdivia, fue uno de los once hijos del matrimonio formado por Víctor Moreno Grandón y Herminia Urrea Vera. Samuel Heriberto Moreno Urrea realizó sus estudios de enseñanza básica en Panguipulli y desde muy joven se incorporó al mundo del trabajo. En el año 1978 se trasladó a vivir a la comuna de Quirihue, actual capital de la provincia del Itata, en la región de Ñuble, donde laboró durante varios años como operario y maestro en un aserradero la zona. Siempre vinculado al mundo de la madera y con el objetivo de entregarle mayores oportunidades de estudio a sus hijos, en 1994 regresó a Valdivia y se incorporó a la planta de trabajadores de la empresa Apsa, en Valdivia y Paillaco, en la especialidad de maestro de prensa. En el contexto de su vida personal, el 20 de marzo de 1979 contrajo nupcias con la dama Ilse Monsalve Rojas y fueron padres de tres hijos: Marco Antonio, Alex Yonathan y Samuel Andrés. Posteriormente, la descendencia se prolongó a cuatro nietos: Yennean Antonio, Lilian Jeremi, Matías Alonso y Antonia, quienes le entregaron amor y alegría. Aficionado al fútbol desde su niñez y juventud, Samuel Heriberto Moreno Urrea fue un destacado jugador amateur y seleccionado de Quirihue y la zona, mientras que de regreso en Valdivia vistió los colores de los clubes Collico, Limarí y Carlos Anwandter. Ante su partida, Marco Antonio Moreno Monsalve señala que su padre fue un hombre "quitado de bulla, tranquilo, trabajador, responsable, hogareño, siempre preocupado del bienestar de su esposa y sus hijos, amante insuperable de sus nietos, alegre y bueno para las tallas. También se preocupó mucho de sus hermanos". Mientras que "como padre siempre fue muy amigo de sus hijos y una persona que privilegiaba la conversación antes que el reto. Él era quien colocaba paños fríos y nos enseñó la importancia de valores como la responsabilidad, el valor del trabajo, el esfuerzo y sobre todo la honestidad", agrega. En el año 2019 lo comenzó a afectar una enfermedad que paulatinamente fue disminuyendo su calidad de vida y su estado de salud. Samuel Heriberto Moreno Urrea falleció el 26 de diciembre de 2024 y su cuerpo descansa en el Cementerio Municipal N°2 de Valdivia.

26 de diciembre de 2024 emprendió su último viaje Samuel Moreno Urrea, a cuatro días de cumplir los 64 años de edad.