"Para nosotros, uno de los roles también ha sido educar a la sociedad"
DIRIGENTA. La fundadora y actual coordinadora de la agrupación se refirió a su vocación de servicio y a los desafíos que deben sortear quienes padecen o cuidan a personas con esta enfermedad.
Luisa Solar Salinas es una destacada dirigenta social valdiviana, madre de dos hijas y abuela. Fotógrafa y gestora cultural, ha participado en diversas iniciativas sociales y culturales, siendo una de ellas el trabajo para la creación de un Centro Cultural en el sector Las Ánimas. Sin embargo, sería el diagnóstico de Alzheimer que recibió su padre a los 90 años, el cual la impulsaría hacia el ámbito social y la creación de la Fundación Alzheimer Los Ríos.
La organización, con siete años de existencia y más de 100 integrantes, busca educar, concientizar, sensibilizar, asesorar y acompañar a las familias que tienen algún ser querido que padece esta enfermedad.
En la actualidad Luisa Solar, se desempeña como presidenta de la Fundación y también participa como miembro activo de la Mesa Regional de Salud Mental, desde donde lucha por crear conciencia sobre el Alzheimer y sus repercusiones para los pacientes y cuidadores.
¿Cómo crees que tu crianza o experiencias en Valdivia influyeron en tu vocación y el trabajo que hoy realizas desde la Fundación?
-Mi papá era una persona extremadamente sociable, se enfermó a los 90 años y falleció a los 97, pero siempre intentaba ayudar a sus vecinos y amigos. Mi mamá, por otro lado y como modista, solía colaborar con quien lo necesitara; ella siempre estaba ahí, pendiente.
De igual manera, creo que la creación de la Fundación se dio en parte por mi trabajo como fotógrafa. Fui una profesional bastante atípica. Primero, por ser la primera mujer fotógrafa de Valdivia que incursionó en las grabaciones de los eventos. Imagínate yo pequeña, con una cámara inmensa. Siempre digo que fui atípica porque, en mis tiempos, los fotógrafos solían ser personas solitarias. En cambio, yo siempre he sido extremadamente sociable, conversadora y muy cercana con vecinos y personas en general.
Cuando comencé en la fotografía, siempre había algún evento en el que podía ayudar. Si una familia tenía algún problema, organizaba algo de la nada. Llamaba a la radio y pedía que, si alguien necesitaba algo, se comunicara con tal o cual familia. Y siempre resultaba todo bien.
Después de vivir la experiencia con mi papá, lo pensé y planteé la idea de crear una Fundación, primero en la Universidad Austral de Chile y luego en otras universidades. En todos lados me dijeron que era una gran idea.
¿En qué momento tomaste conciencia de la importancia de generar espacios de sensibilización sobre el Alzheimer en la región?
-En ese tiempo, cuando mi papá estaba enfermo, no había ayuda. Además, no existían redes sociales y era muy poco lo que se conocía respecto a la enfermedad. Entonces, nosotros como familia, junto a mis tres hermanos más bien nos educamos por internet. Yo siempre sentía que debíamos poder tener un espacio, que las personas pudiesen ir a algún lugar a reunirse. Fue así como fui investigando, viendo si había otras personas que también estaban viviendo esta situación en la ciudad. Por lo mismo, cuando busqué personas para el directorio de la fundación, encontré muy poquitas y además me costó muchísimo encontrar personas que contaran con el tiempo para dedicarle a la Fundación. Entonces, las dos personas que se sumaron al primer directorio provisorio fueron amigas que trabajaban en cultura, como yo. Ellas lo hicieron solamente con el propósito de apoyar y bueno, después se fueron involucrando otras familias y terapeutas holísticos.
La primera acción que realice fue un evento en Facebook, donde comenté lo que queríamos hacer con la Fundación, invité a las personas y a profesionales de la salud que se interesaran en apoyarnos. Hice mucho énfasis en la terapia alternativa y terapeutas holísticos, esto porque en mi casa nos tratamos con terapia alternativa, ya que todo era muy agotador y difícil.