"Nuestro matrimonio han sido años de mucha felicidad y seguimos enamorados"
PATRIARCAS. Con 68 años de matrimonio, hoy vivirán un encuentro familiar especial.
Un día de 1952, la joven Alicia Carmela Berger Meier viajaba en tren junto a una hermana, desde Puerto Varas hacia Valdivia. En la estación de Paillaco, entre los nuevos pasajeros subió el joven Héctor Hugo Ojeda Cadagán. A pocos minutos de comenzado el viaje, la hermana se percató de un "pequeño detalle": el joven miraba insistentemente a Alicia. "Que mire no más, para eso tiene los ojos", fue su reacción.
Ya en Valdivia, la historia continuó. Porque horas más tarde, cuando por Avenida Picarte ella se dirigía hacia el Cine Cervantes, se percató de que alguien la seguía. Entró a vitrinear a la Casa Helle y al salir, ahí estaba el joven del tren. Siguió hacia el cine, salió y de nuevo la misma historia. Entró a una tienda y de nuevo estaba ahí, a la salida. Cuando atravesaba la Plaza de la República, el joven se decidió a abordarla: "Perdone señorita, ¿a dónde va?". "A la casa donde está mi hermana", respondió. "¿La puedo acompañar?". "Bueno". Al llegar, lo hicieron entrar y se presentó... El 31 de diciembre de 1956 contrajeron matrimonio y hoy, él con 98 años y ella con 94, confiesan seguir eternamente enamorados.
Son padres de tres hijos: María Orietta, María Alicia y Hugo Fernando, abuelos de siete nietos y bisabuelos de dos bisnietos.
Pero, volvamos a la historia inicial... ¿Por qué la siguió ese día de 1952? "Porque tenía unos ojos muy bonitos. Ella trataba de disimular y yo le seguía la corriente, no más", recuerda don Héctor. Pasó el tiempo, hasta que llegó el momento de la petición de mano: "Un día sábado, un hermano de él, que tenía un almacén en Carlos Anwandter con Janequeo, llegó a mi casa con su esposa", recuerda doña Alicia. "Yo también fui, pero me quedé escondido en el auto", señala don Héctor, "porque, ¿si decían que No?".
Pero, la respuesta fue un rotundo Sí. Ratificado el 31 de diciembre de 1956 en el Registro Civil de Paillaco. Inicialmente, vivieron sus primeros años de matrimonio en Paillaco, pero al poco tiempo la señora Alicia se trasladó a vivir a Valdivia. "Me vine por la educación de los hijos, porque primero estaban en pensión, pero pagar pensión y colegio era mucho. Nunca dejé solos a mis hijos. Así que me vine y los fines de semana volvíamos a Paillaco", recuerda. Con posterioridad, en 1971 el grupo familiar se radicó definitivamente en la Perla del Sur.
Pasó entonces que don Héctor debía viajar desde y hacia Valdivia. "Había viajes muy peligrosos, me salvé de varios accidentes. El mayor riesgo estaba en las curvas de las rutas, especialmente hacia Paillaco y Panguipulli. Había que manejar bien", señala.
¿Cómo han sido estos años de matrimonio? Don Héctor responde: "Correctos. He tenido que portarme como un caballero. Lo pensé muy bien, no podía hacer maldades... (risas), porque el matrimonio es algo serio. Han sido años de mucha felicidad". Doña Alicia, tiernamente agrega: "Yo sigo enamorada de él".
¿Y cuál es la receta para mantenerse unidos? "Tener mucha paciencia, comprensión, pero sobre todo el amor del uno hacia el otro".
Encuentro
Hoy sábado y por iniciativa de la hija María Orietta, 45 familiares procedentes de Iquique, Valparaíso, Santiago, Linares, Panimávida, Valdivia, Paillaco, La Unión, Osorno y Puerto Montt, algunos de los cuales incluso no se conocen y otros no se ven desde hace mucho tiempo, tendrán un mega encuentro familiar en el Burschenschaft Vulkania de Isla Teja.
"El secreto para mantenernos unidos es tener mucha paciencia, comprensión, pero sobre todo el amor del uno hacia el otro...".
Matrimonio Ojeda-Berger, Con 68 años de matrimonio
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