UACh : Silencio que grita
La suerte bastante amarga que está corriendo nuestra UACh, no es consecuencia del azar ni de fenómenos sociales, económicos o políticos en su día imposibles de resistir. Por el contrario, todo el desastre desde hace varios años, y que ha precipitado la caída ya de dos rectores, es producto de la irresponsabilidad inaudita de sus autoridades y directivos, quienes tomaron decisiones financieras increíblemente torpes y que, luego a la luz pública, encima han seguido cometiendo errores ominosos, por la ligereza con que han actuado y siguen actuando.
Ya ha sido dicho, pero hay que reafirmarlo : si en el 2019, la Universidad no hubiese pedido ese enorme crédito de 80 mil millones, esta crisis no habría ocurrido. Hasta el 2018, la Universidad estaba sana. Siguen siendo un misterio insondable, las razones o motivos que tuvo esa Administración, para embarcarse en tan insensata empresa. Nadie puede creer que, de la mano de su presidente Sr. Carlos Montt, el Directorio haya aprobado tan desgraciada operación financiera, sin estudiarla y cometiendo numerosas torpezas. ¡Qué terrible! Y aún hoy día, varios de los directores que la aprobaron, siguen en silencio al mando y vuelven a incurrir en impresionantes faltas y chambonadas.
Apurados por mi denuncia ante la Superintendencia de Educación Superior (SES), de haber designado (junto a los miembros del Consejo Académico) a un "rector" incumpliendo Los Estatutos, las leyes y la misma Constitución, ahora han decretado, finalmente, la elección de un rector legítimo para Junio próximo.
En mi opinión, hasta entonces el actual rector, en connivencia con la SES, y alentado especialmente por el actual presidente del Directorio, seguirá tomando decisiones terribles, como la expulsión, la más de las veces sin expresión de causa, de académicos y funcionarios que por el solo hecho de ser seres humanos, merecen tratarse conforme a su dignidad, no solamente como lo exige la Constitución en sus primeras frases, sino que nuestros principios, cultura y tradición fundacional.
Creo que la propia SES ha sido consejera de esta decisión, de nombrar bajo esa forma jurídica inapropiada al rector; por eso ha eludido contestar y mucho peor, sancionar mis denuncias como se debe, incumpliendo su mandato legal, ya que está encargada por la Ley, de hacer cumplir los estatutos de las universidades.
Según yo lo veo, hasta hoy, tanto la SES, como la Universidad, han burlado las normas que la obligan a ofrecer garantías de transparencia y probidad a los ciudadanos.
La SES y la rectoría han "peloteado" la respuesta que me deben y seguimos esperando. Y por cierto, mucho menos rectificar esta ilegalidad como la misma SES finalmente lo reconoció y notificó hace ya más de tres meses y aquí se publicó.
Me parece que el primer acto del próximo Rector(a), es exigir una auditoria institucional completa (que tanto los últimos rectores como el Directorio se niegan a ordenar), a cargo de una empresa de prestigio, para que todos sepamos realmente cuál es el verdadero estado financiero de la UACh.
Sólo entonces podremos saber fehacientemente, si esta Universidad, tiene o no posibilidades reales de salvarse del naufragio, a que ha sido conducida por los "encargados de velar por su patrimonio", como mandan sus Estatutos y también quienes han sido los responsables del desastre.
Obviamente, a mi parecer no se puede creer en lo que al respecto afirman estas autoridades de la Universidad y la SES, puesto que han tomado únicamente dos años de ejercicio financiero 2024-25, para sacar cuentas alegres y engañosas, pero la Universidad contrajo su inmensa deuda a 30 años.
Las autoridades causantes del déficit de la Universidad de la Frontera, ya han sido denunciadas y el asunto está en manos de la Fiscalía.
Por el contrario, aquí y como vienen las cosas, lo más probable es que la memoria, el balance y el informe de auditores 2024, recién vengan a ser conocidos por la Asamblea de Socios y la comunidad universitaria ya después de esta elección, mientras ahora se sigue ordenando negociar perdonazos a cambio de silencio, para no perseverar en los procesos de determinación de responsabilidades judiciales, sigilosamente avanzando hacia el olvido y la prescripción, sin que nadie diga nada.
Pero que quede absolutamente claro: sí, todos mudos, menos el suscrito.
Elías Juan Carrasco Maira Académico en retiro UACh Socio de la Corporación UACh ejuan5321@gmail.com