Hace algunos años, el Gobierno Regional tomó una decisión estratégica: adquirir las dependencias del ex Liceo Agrícola de Máfil, con el objetivo de establecer una mirada a largo plazo para desarrollar áreas clave y que tienen un tremendo potencial para el desarrollo económico sostenible de nuestra región. Hablamos del sector silvoagropecuario, la innovación agraria, agroalimentaria y forestal. A partir de esta decisión, dimos el puntapié inicial a lo que hoy hemos ido construyendo: nuestro Centro de Innovación Colaborativa (CIC), gracias al trabajo entre diversas instituciones público-privadas.
Esta semana dimos un nuevo paso al constituir la Mesa Regional de seguimiento del Centro de Biotecnología, una inédita iniciativa que se está desarrollando en el sur de nuestro país, que considera una inversión de 16 millones de dólares, en un financiamiento compartido con CORFO Los Ríos, que permitirá resolver problemáticas del sector productivo y de empresas regionales, en áreas como la genética, el tratamiento de residuos, la salud humana, generación de energía, entre muchas otras.
Nuestro objetivo es consolidar este espacio como un verdadero polo de innovación, tecnología y desarrollo para la zona sur. Es por eso que, además estamos financiando un Plan Maestro para el CIC, con el apoyo técnico de la Universidad del Bío Bío. Este plan busca definir el uso óptimo de las 40 hectáreas disponibles, diagnosticando la infraestructura existente, la planificación de mejoras y la proyección de nuevas instalaciones para realizar prototipos y pilotajes, espacios de coworking, salas de capacitación y superficie agrícola para la experimentación y transferencia tecnológica.
Nos llena de satisfacción ver cómo otras instituciones han reconocido en nuestro CIC, una oportunidad para desarrollar sus iniciativas. Me refiero a la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y la Universidad Austral de Chile, que se encuentran impulsando una red para la innovación del sector agroalimentario; la Universidad Santo Tomás, con la instalación de los laboratorios Austral Tech; el Instituto de Investigaciones Agropecuarios (INIA), que se encuentra desarrollando un Modelo Agroalimentario para la soberanía alimentaria y; la Universidad de Chile, con su proyecto SCALL OI pilotaje de sistema de potabilización de aguas lluvias.
Todas estas acciones, que se encuentran bajo el alero de nuestra Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) y de nuestro programa de gestión, nos han permitido ir construyendo un camino para posicionarnos como un referente en la materia, pero por sobre todo, generar soluciones concretas y abrir nuevas oportunidades para la calidad de vida de nuestra gente.