Diego Alberto Lira Besoaín: En los corazones de su familia
El 30 de abril de 2025 se cumplirán nueve años de la partida de Diego Alberto Lira Besoaín (Q.E.P.D.), quien nació el 10 de enero de 1961 en Santiago y falleció el 30 de abril de 2016. Sus padres fueron Diego Lira Díaz y Silvia Besoaín Márquez. Diego Lira Besoaín cursó sus estudios en la Escuela Básica N° 240 de Santiago y en el Colegio Valentín Letelier estudió hasta 1° Año Medio, ya que en 1978 ingresó a Escuela de Suboficiales del Ejército de Chile, permaneciendo hasta 2005, cuando terminó su carrera militar. El 10 de febrero de 1982 contrajo matrimonio con Ilvia Rosa Lorca Olivares y fueron padres de dos hijos: Andrea y Diego. La descendencia se prolonga a dos nietos: Matías y Sebastián. La familia se radicó en Valdivia en 1999 y él fue maestro masón de la Logia N° 32 de Valdivia; durante 10 años administrador del RioBar; tesorero de la Junta de Vecinos "Chabelita"; gestor en la electrificación del sector Chabelita-Potrero Alto y presidente de los apoderados del Hogar de Ancianos San Antonio. Su hija Andrea lo recuerda: "Nuestro padre se caracterizó por inculcarnos la familia como centro de todo, el estudio, el conocimiento y el deporte. En sus sueños estaba la idea de que viviéramos todos juntos con nuestras familias, en el campo. Con esfuerzo compró una parcela camino a Punucapa, esperando que todos llegáramos ahí. Y así fue hasta que partió. Fue un hombre que lideraba en donde lo pusieran, era un buen amigo, compadre, hermano, hijo, esposo, padre y abuelo. Siempre tenía un chiste, un consejo, una palabra de aliento, un discurso de motivación o alguna crítica constructiva que entregar o que debíamos 'sacarlo por lógica', pero sobre todo entregaba mucha energía. Tenía el don de entregar consejos cuando más se necesitaba. Tenía un corazón 'gordo', lleno de amor para entregar sin distinción y sin medida, a quien se cruzara en su camino y siempre un abrazo de oso para mejorar tu día". Señala que además era "alegre, suspicaz, soñador, valiente, romántico, fuerte y apegado a sus convicciones. Le encantaba cantar, jugar tenis y andar en moto, pero lo que más disfrutaba era la buena mesa y los mejores platos preparados por su 'Meme', nuestra abuela materna. Protagonizaba aventuras con su Matías y las miradas fijas interminables entre él y Sebastián, sus amados nietos. En todas las actividades en las que participó, siempre estaba la dueña de su corazón: nuestra mamá. Cómplices quizás de cuantas historias que desconocemos después de 35 años de matrimonio. Ella lo acompañó y cuidó hasta el final. Con ella comenzó su sueño y con ella lo logró. Su principal miedo era que lo olvidáramos. Algo imposible. Nos pedía una y otra vez que lo recordáramos después de su partida y que le hablemos siempre a sus nietos de quién fue y cuánto los amaba, algo que hemos cumplido como familia". Y agrega: "Lo recordamos cada día, en cada alegría, en cada triunfo, en cada festejo, en cada desafío y en cada tristeza, porque su energía y templanza nos ha permitido permanecer fuertes y unidos a pesar de su ausencia". Diego Alberto Lira Besoaín falleció el 30 de abril de 2016 y su cuerpo descansa en el Cementerio Parque Los Laureles de Valdivia.
30 de abril de 2016 abandonó el mundo terrenal Diego Alberto Lira Besoaín, dejando un eterno recuerdo de amor y valores en su familia.