Esta semana fuimos parte de la entrega del informe final de la Comisión para la Paz y el Entendimiento. Valoramos profundamente esta instancia, que ha logrado establecer una mirada común y transversal frente a una realidad ineludible: la falta de diálogo político entre el Estado de Chile y el pueblo mapuche.
Desde el inicio de nuestra gestión en el Gobierno Regional, nos propusimos como uno de nuestros desafíos centrales avanzar en la construcción de confianzas que permitan reparar esta relación quebrada. Lo hicimos con la convicción de que existe una deuda histórica que no podemos seguir ignorando. Es necesario actuar, porque las familias mapuche de Los Ríos merecen reconocimiento, respeto y atención.
Aunque nuestra región no contó con representación en la Comisión, como Gobierno Regional participamos activamente en diversas instancias de trabajo para aportar visión. Algo de camino llevamos recorrido en esta tarea de construcción de confianzas, que nos ha permitido consolidar un diálogo honesto y directo para enfrentar diversas situaciones, como por ejemplo, el acercamiento con las comunidades mapuche, que posibilitó un acuerdo posterior a la consulta indígena por el Hospital de La Unión y una metodología de trabajo que estamos afinando junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNDU), para consolidar nuestro Plan de Desarrollo Integral Mapuche.
Lamentablemente, el Estado de Chile no ha sabido establecer una relación adecuada con los pueblos originarios. Las limitaciones de la actual Ley Indígena tampoco han contribuido a mejorar este vínculo. Eso explica el fenómeno de radicalización de alguno de sus dirigentes que ha traído una situación de inestabilidad, especialmente en La Araucanía. Por eso valoramos con fuerza la decisión del Gobierno del Presidente Gabriel Boric de impulsar una comisión que reunió diversas voces y miradas políticas.
Si bien han existido legítimas diferencias, el trabajo de la Comisión ha sido ampliamente valorado, ya que entrega propuestas en materias fundamentales como la justicia y el reconocimiento, la reparación a víctimas de violencia rural, la restitución de tierras, el desarrollo territorial y las garantías necesarias para su implementación. Hoy, los legisladores de nuestro país enfrentan un desafío histórico: asumir con responsabilidad esta propuesta ampliamente consensuada.
Desde Los Ríos, seguiremos trabajando con decisión y convicción para que el camino que hemos abierto junto a las comunidades del Futa Willi Mapu se traduzca, con generosidad y visión de futuro, en mejores condiciones de vida, desarrollo y bienestar.