Al Vuelo

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Las imágenes que rodean la Catedral de Valdivia son víctimas permanentes de vándalos que las manchan, intervienen y rompen. Lo peor de todo, es que se quedan así por meses o años. Nadie las limpia, ni tiene la constancia de volver a arreglarlas cada vez que las atacan. Doble daño: el que raya y el que permite que se quede así.