A ponerse los pantalones y remojar las barbas
Ellos comenzaran a transitar por un camino resbaladizo.
Pese al frenesí legislativo con que el Gobierno satura la capacidad de discusión y estudio en el Parlamento, y las tantas reformas que hoy están en discusión, se le dio prioridad a un proyecto que había estado esperando su turno entre los cientos que ingresan a cada una de las 24 comisiones permanentes de la Cámara. Se le dio prioridad porque obedece al sentir de la comunidad nacional, y porque quienes estamos en el Parlamento nos debemos a las necesidades de nuestra gente.
La desazón que todos vivimos al saber que somos una comunidad vulnerable y violentada por grandes grupos económicos que abusan de las leyes del mercado y que lo controlan a su amaño, se transformó en un sentimiento de rabia e indefensión generalizado, por cuanto es imposible que un ciudadano cualquiera, una persona pobre o vulnerable, un trabajador de clase media o un adulto mayor, puedan defenderse frente a la brutalidad con que estos grupos manejan los precios y se ponen de acuerdo respecto de la calidad, del tipo de productos y las condiciones de venta.
Desde este punto de vista, la Cámara tomó el toro por las astas y decidió darle trámite preferencial al proyecto que busca sancionar fuertemente a estas personas que conducen grandes empresas, y que pasaron bruscamente del pedestal de prohombres y grandes líderes nacionales, a clasificarse bajo la etiqueta de delincuentes mafiosos. Hoy, ellos comenzaran a transitar por un camino resbaladizo si no son capaces de recuperar el sentido de solidaridad, de justicia, el sentido de responsabilidad social, o simplemente de hacer que el mercado se maneje bajo las leyes del mercado.
Hemos aprobado el proyecto que fija nuevas normas para la defensa de la libre competencia y define el delito de colusión en este ámbito. Esta iniciativa, busca penalizar con cárcel a los delincuentes que abusan de la buena fe, vulneran el mercado y atropellan las escazas economías de la gente de clase media, de los más vulnerables y de los adultos mayores. Se comienza a terminar la fiesta en este Chile concentrado en algunos grandes empresarios, algunos de los cuales han resultado ser grandes mafiosos.
Iván Flores García
Diputado Distrito 53