Diez años han transcurrido desde la ocurrencia de una de las mayores tragedias registradas en el territorio de la entonces provincia de Valdivia, hoy Región de Los Ríos, el hundimiento de una pequeña lancha que los lugareños utilizaban para cruzar el lago Maihue para llegar a sus lugares de trabajo o de estudios. De hecho, trece de las 17 víctimas fatales fueron niños que intentaban regresar a sus internados, en la mayoría de los casos.

Hay que remontarse a lo ocurrido en la bahía de Corral, a principios de la década del 90, cuando la cantidad de fallecidos llegó a 21, como producto del naufragio del pesquero que trasladaba a una delegación de deportistas, sus amigos, vecinos y seguidores, para encontrar un parangón a lo ocurrido esa tarde de domingo en la precordillera de la comuna de Lago Ranco.

Una década más tarde, los familiares de quienes perdieron la vida en el Maihue señalan, como es comprensible, que mantienen las heridas abiertas. Es una comunidad pequeña, con buena parte de las familias residentes emparentadas entre sí, lo que significa que todos conocían a los jóvenes y los adultos muertos en el hundimiento. La situación actual es la que se podría esperar en cualquier comunidad que haya tenido que pasar por una experiencia tan dura.

Sin embargo, lo anterior no es lo único que expresan los habitantes de Rupumeica, porque también señalan su decepción frente al estado de lo que algunas autoridades les habrían prometido luego del accidente. De ser totalmente fehacientes los motivos de las quejas, sería muy importante realizar los esfuerzos que resulten necesarios para terminar de satisfacer las exigencias de los afectados, porque el naufragio de la lancha sirvió, en su momento, para sacar a la luz las numerosas carencias en que se desarrollaba la vida en el sector.

Ha habido cambios, lo reconocen todos. La construcción de caminos ha ayudado a cambiar las condiciones de vida, pero si todavía quedan deudas, hay que atenderlas.

30 años | 23 de noviembre de 1985

Pirquineros encontraron una pepita de oro gigante

Más de 200 gramos pesa la pepita de oro encontrada por cuatro pirquineros que laboran en los lavaderos de Pureo, en la comuna de Mariquina. Se calcula que el valor comercial de la singular pieza debe sobrepasar los 400 mil pesos. Personeros de la Empresa Nacional de Minería viajarán a la zona para comprarla.

20 años | 23 de noviembre de 1995

Joven madre y dos niños fallecieron en incendio

Una terrible tragedia se desató de madrugada en la calle Tucapel, del sector Regional de Valdivia. Una joven profesional de 28 años, su hijita de seis y otro niño, de ocho años de edad, fallecieron al no poder escapar de las llamas. Al parecer, un problema eléctrico fue la causa del fuego, que destruyó la vivienda.

10 años | 23 de noviembre de 2005

Floja respuesta de padres a campaña de vacunación

Autoridades de Salud expresaron su preocupación por el desinterés o despreocupación mostrado por los padres ante la campaña de vacunación contra el sarampión y la rubéola que lleva adelante el ministerio del ramo. Sólo un tercio de los niños menores de cuatro años ha recibido el tratamiento indicado, a pocos días del fin de la campaña.

La cultura de las buenas prácticas en materia de Seguridad y Salud en el trabajo es un concepto que se viene desarrollando desde hace un tiempo entre la CChC y la Mutual de Seguridad, promoviéndolo en las empresas del rubro construcción, pero que al parecer, según cifras de accidentabilidad laboral y de enfermedades provocadas en los trabajos, aún queda mucho por hacer, pese a que en los últimos años la tasa de accidentabilidad o accidente en el sector de la construcción ha ido disminuyendo lentamente.

Maniobras tan sencillas como ponerse bloqueador solar cada dos horas si se está expuesto al sol en una obra, o ponerse protección auditiva aún no se internaliza entre los trabajadores. Las posiciones que deben adoptarse al trabajar frente a un escritorio, los momentos de descanso bien aprovechados, son acciones elementales para desarrollar una labor eficiente y que no traiga consecuencias físicas y/o psicológicas.

En este camino, tanto la CChC como la Mutual están constantemente desarrollando seminarios, capacitaciones y fiscalizando en las faenas, potenciando la labor de aquellos jefes de obras que son los encargados de supervisar una buena utilización de la implementación con los cuidados correspondientes y con las precauciones debidas, ya que la labor de ellos es fundamental para evitar cualquier tipo de accidente.

Seguir las buenas prácticas es parte también de la dirección de la empresa, ya que estos deben buscar las maneras de internalizar las normas de seguridad que se vuelvan innatas y permanentes para los trabajadores, manteniendo además un clima laboral grato y de confianza, que permita a ambas partes generar un ambiente óptimo de salud laboral que haga las tareas del día a días aún más gratas, evitando el estrés y las angustias frente a ciertas situaciones.

Las buenas prácticas laborales ayudan al trabajador, a los directivos, a la organización y a la sustentabilidad de la empresa, mejorando los aspectos de calidad, productividad y eficiencia en el trabajo, lo que solo es resultado de un buen modelo de gestión interna y de una fuerte presencia de cultura preventiva, lo cual es tarea de todos los miembros de la organización y que si hace de manera óptima y efectiva, la organización junto a sus trabajadores prosperará en el tiempo.

Horacio Yañez Comisión de Seguridad laboral de la CChC Valdivia