Formación ciudadana
Durante los primeros meses de 2016 entró en vigencia la Ley 20.911 que crea el plan de formación ciudadana para los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado. Su objetivo es que niños, niñas y jóvenes sean capaces de construir una sociedad basada en el respeto, la tolerancia, transparencia, cooperación y libertad. Con todo, se asume que los establecimientos educacionales, de acuerdo a su proyecto educativo, estructurarán la forma de abordar esta ley.
Independientemnte de la discusión en relación a determinadas interrogantes (qué entendemos por educación cívica, por ejemplo) , los esfuerzos que las unidades educativas realicen serán positivos para nuestra sociedad. Sin embargo, lo que no debemos olvidar es que el principal centro formador se encuentra en el hogar. Es la familia el primer espacio en el que deben asentarse aquellos principios que nos lleven hacia la valoración de la diversidad, la tolerancia, el pluralismo y que finalmente garantizan el fortalecimiento de una cultura democrática. Es el ejemplo que nuestros padres y más cercanos nos ofrezcan lo que determinara el rol que nuestros hijos jugarán en la sociedad, y la calidad de sociedad que construiremos.
Siguiendo en esa línea, en segundo lugar están aquellos que han sido elegidos para cumplir con el mandato ciudadano. Ya sea desde la Municipalidad, el Congreso o la Presidencia de la República u otro organismo público, se debe dar cuenta de una cultura de transparencia y probidad, puesto que en caso contrario los afanes de la escuela quedarán sólo en una intención en la medida que por un lado, educamos en formación ciudadana, pero por otro se desconocen públicamente los principios rectores de ésta.
No debemos olvidar que las unidades educativas son sólo una arista de una compleja red social que debe enseñar, cautelar, pero por sobre todo resguardar los principios que sostienen y dan cuerpo a una República Democrática.
Lorena Liewald
Directora Pedagogía.
Historia USS