Democracia y convivencia
Abogado,
director Esc. Derecho Uach
"El hogar del hombre es su castillo". Esta fue la defensa de Marvin Sokolow cuando fue demandado por su arrendador, después que sus vecinos del piso de abajo, habitado por una pareja de ancianos, se quejaran de los continuos llantos de sus hijos pequeños. El juez Fitzpatrick, que vio la causa, fue directo al grano. "Lo difícil de esta situación", dijo, "es que el castillo del Sr. Sokolow está justo encima del castillo del Sr. Levin".
La anécdota ilustra de forma muy gráfica, las complejidades de la vida en comunidad. Frente a este tipo de dificultades, una respuesta muy común es invocar nuestros derechos de propiedad privada. Ya sea en su forma clásica, como en la versión más sofisticada denominada derechos del consumidor, dicho discurso implica una exigencia frente a la cual nuestro interlocutor no tiene más remedio que claudicar. Nada obsta a que esta reacción puede ser legítima en algunos contextos, pero cuando se trata de la consecución de bienes públicos, claramente es un error.
La vida en comunidad exige evitar la tentación de lo absoluto. Desde esta perspectiva, la política se relaciona con uno de los aspectos esenciales de la condición humana: la posibilidad de construir y reconstruir el mundo, en conjunto con los demás. Es por esta razón que está íntimamente vinculada a la posibilidad de hablar y ser escuchado, en términos de igualdad. En otras palabras, la democracia exige la generación de vínculos y espacios de discusión en el que todos los participantes estén dispuestos a escuchar y ser escuchados, a persuadir y ser persuadidos. En definitiva, a buscar siempre la mejor solución en conjunto.
Lo anterior vale, tanto para la participación en las instituciones del Estado, como para vertebrar nuestra vida como vecinos, compañeros de trabajo, estudiantes, etc. Después de todo, la verdadera democracia no tiene por qué aparecer cada cuatro años, solo en época de elecciones. Al respecto, no es utópico señalar, que las virtudes cívicas también contribuyen a hacer más llevadera nuestra vida cotidiana y la de quienes nos rodean.
Felipe
Paredes