Contribución al "Oscar de Turismo"
Los atractivos de la región de Los Ríos son parte de las razones para que Chile fuera galardonado como el Mejor Destino de Turismo Aventura de Sudamérica. Claramente, este galardón invita a cuidar aún más el paisaje regional y a revisar aquellas decisiones de largo plazo que pudieran modificarlo.
Una gran noticia nacional es el premio como "Mejor Destino de Turismo Aventura de Sudamérica", obtenido por Chile hace pocos días. Se trata de una distinción entregada en el marco de los World Travel Awards 2016, considerados popularmente como los premios Oscar del Turismo y es la segunda vez consecutiva que uno recae en el país. Todo un logro.
Los galardones son otorgados desde 1993 y se adjudican luego de una votación pública directa, a partir de una nómina definida por expertos que incluye destinos de diversos países. En este caso, los atributos chilenos se midieron con los de Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay.
Desde que se desarrolló la ceremonia de entrega en Lima -a la cual asistió la subsecretaria Javiera Montes- muchos comentarios y felicitaciones se han sucedido por el premio. A ellos debe sumarse uno especial para la región de Los Ríos, cuyos paisajes y rutas especiales juegan un papel importante en la evaluación general del galardón. La selva valdiviana, los volcanes, ríos, costa y árboles milenarios, se incorporan destacadamente a la oferta atractivos para disfrutar por los visitantes que buscan contacto directo y activo con la naturaleza, a través de escalada, cabalgatas, pesca recreativa, entre otros.
Esta condición local sin dudas que es una ventaja a la hora de desarrollar la actividad turística. Además, la región tiene la oportunidad de ser integrada cada vez con mayor fuerza (lo hace bajo el concepto general de "Patagonia chilena") a la promoción internacional del país, iniciativa que implica una inversión anunciada superior a los $13 mil millones en el período 2016-2018.
Claramente, esta proyección debería marcar el rumbo de muchas de las iniciativas que se efectúen a nivel local, especialmente en el Destino Siete Lagos y en la cuenca del Ranco. Y no solo las vinculadas directamente al rubro, sino también las de planificación a largo plazo que impliquen intervención del paisaje. Esto, porque un reconocimiento público trae también un compromiso de gestión futura, para mantener en el tiempo aquellos elementos relevados.