Este mes lamentamos la muerte de varios hermanos que dieron su vida al servicio del prójimo combatiendo los incendios en nuestro país, nos unimos al pesar y el dolor de sus familias, y compartimos la tristeza e impotencia por los damnificados que han perdido sus hogares y puestos de trabajo. En los medios de comunicación y redes sociales vemos que muchos buscan culpables o sacan ventajas de este drama para sus causas egoístas, ante esto quisiera invitar a retirar la mirada de las cuestiones ideológicas y de seguridad, para posarla sobre el servicio de los voluntarios y funcionarios que están combatiendo el fuego estos días.
En una sociedad tan centrada en el "Yo" y en el "Mi", conmueve ver a miles de voluntarios, bomberos, funcionarios de las fuerzas armadas, otras instituciones y países correr urgidos por el llamado del servicio al prójimo.
Ante tantas críticas, tantas desconfianzas, miremos a estos hombres y mujeres que enfrentan al fuego a costa de su propia vida, y en los que vemos la definición encarnada del servicio, es decir llegar a dar la vida por sus hermanos de forma desinteresada.
Cuánto tenemos que aprender de estas personas: el servir con el único ánimo de hacer el bien a nuestros hermanos, el único deseo de saber qué hacemos un bien colectivo sin importar a quién, solo por el hecho de reconocer en el otro un rostro humano. Estas tragedias logran sacar lo mejor de muchos compatriotas que rápidamente coordinan campañas para reunir ayuda a los brigadistas y damnificados, usando diversos medios como las redes sociales, las que en lugar de servir para la crítica anónima y el apedreamiento virtual, terminan sirviendo a la causa del amor.
Deseo que este ánimo solidario no se extinga con el fuego, y que en nuestros corazones el amor y preocupación por la persona humana se mantenga en el día a día, que el espíritu de servicio a los demás sea el motor de nuestro quehacer cotidiano, y que logremos dejar de lado ideologías e intereses egoístas en pro del bien común que construimos todos desde nuestras diversas formas de ver el pasado, el presente y el futuro.
Ignacio Ducasse Obispo de Valdivia