Un grupo de setenta estudiantes, scout y docentes de las escuelas Angachilla y El Bosque de Valdivia llegaron hasta el parque Oncol para participar de la etapa de apresto de la tercera campaña del programa "Oncol Aula Viva", el cual cumple dos años buscando apoyar a las comunidades educativas que integren en sus planes de formación la protección del medio ambiente.
La iniciativa es impulsada por la empresa Arauco y según Juan Anzieta, subgerente de asuntos públicos de la firma forestal, este año profundizarán en la idea de que Los Ríos se convierta en un polo de educación ambiental. Lo anterior, sobre la base de que su modelo de enseñanza es una experiencia en terreno concreto que está en sintonía con los objetivos curriculares definidos por el Mineduc para la asignatura de Ciencias Naturales de los cuartos años básicos.
"Con alianzas establecidas con organismos públicos e instituciones de educación superior de la región, Oncol Aula Viva en su tercera temporada se prepara para recibir a distintos establecimientos educacionales de la región, así como del entorno rural del parque donde se ubican los establecimientos rurales de Punucapa, Los Pellines, Bonifacio y Curiñanco", precisó Anzieta.
Invitados
Fue en esta fase de apresto donde llegaron al parque grupos representantes de las escuelas Angachilla y El Bosque, ambas con certificación SNCAE entregadas por el ministerio de Medio Ambiente.
Jorge Catricheo, de la Escuela Angachilla, explicó que la visita consistió en senderismo escolar donde se realiza formación pedagógica en terreno que reciben los estudiantes en los senderos "Quitaqui" y "Punucapa". "Con este programa aseguramos consensuar entre los educandos el énfasis en la conservación y protección de la naturaleza, lo cual trabajamos con las guías pedagógicas didácticas del parque sobre su flora y fauna presente. Esto lo combinamos con experiencias vivenciales saliendo a los senderos de Oncol y demostrando in situ lo explicado en sala", explicó el docente.
Los recorridos son guiados por monitores ambientales que, en su mayoría son estudiantes universitarios especialmente preparados y quienes, conforme avanza el senderismo, realizan actividades de exploración de la naturaleza, y aplicación de las materias de aula. La idea es que los monitores motiven la investigación y descubrimiento entre los jóvenes, además de aportar pedagógicamente a aquellas escuelas que buscan acceder a la certificación ambiental que otorga la institucionalidad pública.
Cumpliendo objetivos
Valeria Ochoa, una de las coordinadoras de Educación Ambiental del Daem de Valdivia, detalló que el programa "Oncol: Aula Viva" apoya a los profesores en el cumplimiento de sus objetivos en materia de medio natural y conservación. Y agregó que "además se nos presenta una oportunidad innovadora para los establecimientos de Valdivia, principalmente para las escuelas municipales de escasos recursos, que utilizan el parque como aula, internalizando conceptos de ciencias naturales y biología, así como otros ramos afines".
Según sus impulsores, la premisa de "Oncol: Aula Viva" es que la conservación se transforme en un objetivo ambiental compartido, y una oportunidad de desarrollo para las comunidades educativas locales.
En ese sentido Juan Anzieta, precisó sobre los orígenes del proyecto que "en 2012 la compañía forestal declaró las tres mil hectáreas de Oncol como Área de Alto Valor de Conservación, y para proteger su biodiversidad, se elaboró un Plan de Gestión y Conservación enriquecido en forma participativa con comunidades y expertos locales".
Enseñanza en un entorno privilegiado
La mayor parte del bosque valdiviano que conserva Oncol es bosque primario, lo que implica que no ha tenido intervención humana por lo que, sumado a la alta biodiversidad presente, hace que sea uno de los más relevantes ecosistemas de la Los Ríos, trascendiendo hacia el sector turismo, como una gran atracción para visitantes del país y el mundo. Según los impulsores del programa, se trata de una flora y fauna única en donde se han descubierto especies tan particulares como el Opilión de Oncol, el sapito de Darwin (clasificado por el propio Charles Darwin); y el Monito del Monte.