10 años de espera por Feria y Parque
Un recinto central para los feriantes valdivianos y un área verde modelo, en el sector más poblado de la ciudad, son sueños inconclusos en la capital regional. No materializaron las promesas, las necesidades continúan sin atención y la desconfianza comunitaria en las palabras estatales, se ha multiplicado.
Hace exactamente diez años, el primer gobierno de la Presidenta Bachelet decidió priorizar las obras del Parque Urbano Catrico, por sobre el proyecto de una Feria Central en Valdivia, que debía reunir en un lugar fijo a los comerciantes que itineraban por distintos barrios de la actual capital regional.
Desde la comunidad se había pedido que ambas propuestas se llevaran adelante, respondiendo a necesidades largamente expuestas: recuperar un humedal y permitir mejores condiciones de trabajo a los feriantes. Pero la determinación fue otra y causó honda decepción, acompañada de la correspondiente polémica.
Las autoridades de la época explicaron sus razones para preferir el Parque y prometieron que en un futuro cercano, se materializarían las dos solicitudes. Ha pasado una década y la espera continúa: no hay luces de una Feria y el Catrico se encuentra entrampado sin concluir su primera etapa. Probablemente hay múltiples razones burocráticas y administrativas para explicar este escenario; pero nadie podría negar que es uno muy malo, porque no se materializaron las promesas, las necesidades continúan sin atención y la desconfianza comunitaria en las palabras estatales, se ha multiplicado.
Pese a ello, los vecinos siguen adelante. Levantan la voz. Los feriantes también: juntaron firmas durante meses para hacer ver que un recinto central sería positivo para el desarrollo urbano valdiviano. Nadie los ha acogido como esperaban, pero no bajan los brazos y sueñan con alcanzar su objetivo.
Esa fuerza comunitaria, tan característica de Valdivia, es el rasgo positivo de toda una situación lamentable. Pero llegará un punto en que desaparezca, si nadie lee correctamente las señales que están dando.
Hace algunos días los dirigentes de la Corporación Parque Urbano Catrico señalaron que el problema que enfrentan es como "un segundo Cau Cau" y lo comparan desde la perspectiva de una megainversión estatal inconclusa, con problemas y sin caras visibles que se hagan responsables, más allá de las declaraciones públicas esperables. Quizás tengan razón. Pero, la verdad, sería muy triste que su diagnóstico resultara acertado.