Con aviso no hay engaño, y con advertencia, no hay traición" Con esta frase del insigne filósofo-humorista Cantinflas, aviso desde ya, que desde niño he sido y soy hincha de Colocolo. Desde que acompañaba a mi padre discapacitado al Estadio Nacional todos los domingos a ver futbol. Entre su magra herencia material, conté una parcela de pinos en Cañete producto de un loteo inexistente…un anillo de oro, que encontrándolo siútico y gitanesco lo fundí para hacerme un par de colleras, y un par de asientos vitalicios y personalizados en la Tribuna Rapanui del Estadio Monumental. Aparte, lo mejor, que fue la posibilidad de educarme.
Dicho esto, que acredita que una de las opciones fundamentales de un hijo determinadas por el padre es la elección del club de fútbol, debo decir que Colocolo es Chile. Pero también lo son, la Universidad de Chile; la Universidad Católica; Magallanes, la Unión Española; Audax Italiano; Deportes Valdivia, y todos los equipos de fútbol. Por una razón muy simple, pero, a su vez, fundamental: porque el fútbol es un patrimonio intangible de todo Chile y diversidad de Chile; la Universidad de la humanidad entera. Y, por eso mismo, debe ser tratado como un bien común que no cabe sujetarlo a criterios exclusivamente de mercado, ni menos políticos.
Así dicho, la afirmación del reelecto Presidente del Club Colocolo, Aníbal Mossa, en cuanto a que Colocolo "es de izquierda" nos parece , a lo menos, desafortunada , impertinente, e incluso manipuladora si es que estaba dirigida a un voto clave de su elección como el del Dirigente del Club Social de filiación comunista.
Tal vez sea necesario recordar aquí, que no obstante estar detenidos siete ejecutivos, allanadas sus oficinas, otros ejecutivos prófugos, Blatter ganó la elección de presidente de la FIFA, 4 días después de dicho operativo.
En nuestro país, están aún frescos en la memoria de los aficionados los escándalos de Jadue. Como botón de muestra, ambos ejemplos dañan profundamente a este deporte y producen natural desconfianza..
Son los hinchas los que pagan y apoyan el fútbol y hacen de él una afición casi sagrada. Por eso, merecen algo mejor.
Juan Carlos Tobar
Abogado, MG en Derecho