Cuando era estudiante de enseñanza primaria en Pichirropulli, René Sebastián Fernández Perales tuvo su primer contacto con el básquetbol. Fue en un cancha de tierra, para luego practicar este deporte en una bodega de Ferrocarriles. Con el paso de los años, continuó jugando en el Instituto Salesiano, el Liceo de Hombres y en la Universidad Austral, siendo alumno sucesivamente de Pedagogía en Castellano y Pedagogía en Inglés. El matrimonio lo hizo abandonar temporalmente su afición, hasta que a los 50 años de edad, la retomó; y actualmente se prepara para participar -en la categoría de 70 años- en el 14° Campeonato Mundial de Maxibásquetbol de Montecatini Terme, en la región italiana de Toscana, que se desarrollará entre el 30 de junio y el 9 de julio de este año.
"Yo nunca fui un deportista de excepción, aunque alguna vez fui seleccionado del Liceo de Hombres. Además, no tengo físico de basquetbolista, porque sólo mido 1 metro 74. Por eso, nunca tuve más ambición que la de disfrutar con este deporte. Por eso, cuando estuve en Santiago jugando en el Estado Italiano, me llamó la atención que el 30 de abril de este año -el día de mi cumpleaños-, un amigo me propusiera la idea de dar mis datos para ver si me consideraban como parte del equipo que iría a Italia. A los 10 ó 15 días me llamó para avisarme que fui considerado y si yo quería, me podía integrar. Me han preguntado si es para mí un sueño, y yo les contesto que no, porque nunca soñé con esto; pero sí es algo increíble y voy con mucho ánimo y ganas", dijo.
Ésta es una de las más importantes facetas de René Fernández, quien actualmente y desde la segunda mitad de los años 80 es el jefe de Recursos Humanos de la Municipalidad de Valdivia. Nació en esta ciudad el 30 de abril de 1946, siendo uno de los dos hijos del agricultor René Fernández Espinoza y la maestra primaria Berta Perales Martínez. Exequiel, su hermano, vive en Pichirropulli.
"Aunque nací en Valdivia, pasé los seis años de la educación primaria en Pichirropulli, en la Escuela N° 24 donde hacía clases mi madre. Me vine como interno a estudiar las humanidades al Instituto Salesiano y desde cuarto año estuve en el Liceo de Hombres. Después, pasé dos años en Pedagogía en Castellano y otros cuatro en Pedagogía en Inglés, pero no terminé ninguna de ellas", recordó.
En 1970 se casó con María Lidia Quezada Moraga -con quien fue padre de René Manuel, Carlos Patricio (fallecido), Juan Pablo y Andrés Sebastián-, y comenzó a trabajar como docente de inglés en la Escuela Industrial y el Liceo Comercial. "Sin embargo, el tema económico de los profesores no era muy bueno y esto me llevó a buscar otros horizontes. Ingresé a la Universidad Austral alrededor de 1975 y me dieron la oportunidad de desempeñarme como administrativo en el departamento de adquisiciones", contó.
Está muy agradecido de la experiencia adquirida en esa institución, porque le permitió obtener el conocimiento necesario para desarrollarse con solvencia en el siguiente desafío laboral. "Un día de 1980, atendí a un amigo de los tiempos del liceo, que era el jefe de la Central de Publicaciones de la Uach y hoy diputado, Bernardo Berger. Me dijo que se iba de la universidad, puesto que había ganado un concurso para trabajar en la municipalidad. Me acuerdo de que lo felicité y le dije: 'Cuando esté por allá, acuérdese de su amigo'. No pasó mucho tiempo, cuando Bernardo vino un día a mi oficina y me sugirió: '¿Sabes? Hay una posibilidad de trabajo, porque se va a crear el departamento de adquisiciones de la municipalidad".
Efectuó algunas gestiones, asistió a una entrevista y en 1981 se incorporó a la corporación, en calidad de jefe de aquel departamento. Poco después, Fernández fue llamado por el entonces alcalde Eduardo Schild: "Había renunciado a su cargo la secretaria municipal y el señor Schild propuso a Bernardo ser el nuevo secretario y a mí, el cargo que dejaría Bernardo: director de administración", señaló.
La carrera municipal de René Fernández se vio coronada en 1987, aproximadamente, con su asunción como director de Personal, repartición que hoy se denomina Recursos Humanos. "Es una labor que consiste, entre otras cosas, en hacer que los funcionarios se sientan bien acogidos, acceder a sus requerimientos y claro, resguardar sus antecedentes personales, porque tenemos todas sus carpetas. En estos años he formado un muy buen equipo de trabajo, y si bien es cierto que mi cargo es de muy bajo perfil -porque salvo mis amigos, conocidos y funcionarios, no muchos más me conocen-, trabajar en materias de personal es algo que da mucha satisfacción, sin esperar ningún agradecimiento", aseguró.
Subrayó que le gusta mucho su trabajo y que hace años pudo haber jubilado, pero prefirió quedarse. "Cuando se dicte alguna ley de retiro, pensaré bien si tomo la decisión de irme, porque ya me lo exige mi familia. Pero lo que espero es nunca dejar el deporte y para ello me cuido mucho, alimentándome sanamente, teniendo una buena vida familiar y de amigos. Y éste es un mensaje para otras personas que están en torno a mi edad, 71 años: el deporte es la droga a la cual soy adicto, en el buen sentido de la palabra. Por eso, aconsejo vivamente mantenerse activo y hacer ejercicio, y si se puede, practicar algún deporte", finalizó.