Oscar Gallardo Ríos
El Juzgado de Letras y Garantía de Río Bueno realizó ayer la celebración oficial de sus cien años de existencia, en una actividad que estuvo marcada por la presencia del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Hugo Dolmestch , quien precisamente inició su carrera como defensor público en ese juzgado, en 1980.
La ceremonia se llevó a cabo en el cine municipal Armando Sandoval Rudolph, y contó con la presencia de una serie de funcionarios y ex funcionarios, entre los cuales destacó la asistencia de actuales ministros de diferentes Cortes de Apelaciones del país, quienes también se desempeñaron laboralmente en Río Bueno.
Hugo Dolmestch destacó a todos los asistentes, "porque comparten una historia, que registra el paso de cientos de personas, jueces, becarios, receptores, funcionarios en general de todo orden, que fueron leales servidores de la justicia, en este tribunal".
"Estoy muy contento y emocionado por la recepción, y porque todavía hay gente que se acuerda de mí", dijo el presidente del máximo tribunal del país y recordó que "hace alrededor de 37 años que llegué a esta ciudad para asumir el cargo de secretario del Juzgado de Letras. Por un tiempo me instalé en el Hotel Comercio, donde permanecí algún tiempo. Hasta que fue posible trasladar a mi familia e instalarnos en una casa arrendada en calle Patricio Lynch, en la salida del pueblo en el inicio del camino a Lago Ranco".
"Fue una buena experiencia y por eso es para mí un momento de gran emoción y de orgullo participar de esta celebración del aniversario número 100 de nuestro Juzgado de Letras y Garantía de Río Bueno. Lo que hoy no convoca es el recuerdo de un hito en la historia de esta comuna y sus habitantes, quienes han podido contar por todo un siglo con el funcionamiento de este tribunal de justicia, que desarrolla una gran labor", enfatizó Dolmestch.
Jueza presidenta
En la oportunidad, Lissette Salazar, jueza presidenta del Juzgado de Letras y Garantía de Río Bueno, comentó que "del tribunal de principios del siglo pasado que era de carácter unipersonal y que contaba con algunos pocos funcionarios; hoy nos encontramos ante un tribunal con dos jueces, muchos más funcionarios, y audiencias orales, llegando a tener la segunda mayor carga de trabajo entre los juzgados de competencia común de la región de Los Ríos, lo cual nos llena de orgullo".
"Junto a la modernización, también fluye un espíritu común en todos quienes integramos el Poder Judicial en sus distintos escalafones, y que no es otro que el espíritu de servicio".
"Nunca debemos olvidar que estamos al servicio de las personas y que detrás de cada una de nuestras resoluciones y actuaciones, existe el rostro un niño, de una niña, de una mujer, de un hombre que busca en nosotros una pronta, efectiva y eficaz solución al problema que los aqueja", enfatizó la magistrada.
"Fue una experiencia espectacular"
Uno de los asistentes a la ceremonia fue el ministro de la Corte de Apelaciones de Chillán, Christian Hansen, quien también trabajó en el tribunal riobuenino y comentó que "la experiencia vivida en Río Bueno fue espectacular, pues al igual que el ministro Hugo Dolmestch no podía no estar aquí celebrando en mi tribunal, con algunos funcionarios que todavía están aquí y otros ex funcionarios. Me trajo muy buenos recuerdos venir a Río Bueno. Cuando llegué acá viví en el Molino Becker de propiedad de don Raúl Becker. Retrocedí 45 años".
"Lo que hoy nos convoca es el recuerdo de un hito en la historia de esta comuna y sus habitantes, quienes por un siglo han podido contar con este tribunal". Hugo Dolmestch Pdte. de la Corte Suprema"
"Fue la concreción de una aspiración de la comunidad"
El encargado de comentar parte de la historia del tribunal fue el juez de policía local de Río Bueno, Roberto Cano, quien además es un estudioso de la historia local. "La creación del Juzgado de Letras de Río Bueno se produjo en 1917 en el contexto de la creación del departamento de Río Bueno. Fue la concreción de una aspiración de la comunidad en ese tiempo. Afortunadamente existen antecedentes para reconstituir parte de lo que pasó entonces. El primer juez fue Vicente Sánchez Almarza y, por ejemplo, le tocó conocer el caso por el homicidio de José María Furniel Ríos, quien construyó la Casa Furniel", recordó ayer Roberto Cano.