Stephanie Ríos Molina
Pequeños electrodos que envían impulsos eléctricos desde la médula espinal al cerebro se han convertido en una estrategia para aliviar el parkinson, mal que afecta a unos 30 mil chilenos.
Detrás de esta técnica está Rómulo Fuentes, investigador de la Universidad de Chile y del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), quien desde hace años explora los efectos de este método a nivel cerebral. En resumen, reducen los síntomas motores ocasionados por esta patología.
Actualmente, decenas de pacientes con parkinson de países como Inglaterra, Francia, Japón, Estados Unidos y Brasil se benefician con la estimulación eléctrica. La técnica se aplica a través de una pequeña cirugía que se ha utilizado antes en medicina pero con otros fines tales como aliviar el dolor crónico.
Casos clínicos
"La estimulación medular se ha probado en alrededor de 62 pacientes que padecen parkinson en el mundo. En 60 de ellos se ha reportado que el método nacional mejora síntomas severos a nivel de movimiento, postura y marcha tal como nuestro equipo lo predijo a partir de experimentos aplicados previamente en modelos animales. En el caso de los pacientes, apenas se enciende el estimulador, los parámetros mejoran muchísimo. Eso es muy relevante para la ciencia y la salud pública ya que evidencia que se puede avanzar en el combate de esta enfermedad", afirmó el doctor Fuentes a este medio.
Además de los casos clínicos, ya se están realizando ensayos a pacientes de Canadá y Francia. Estos estudios, según los científicos del BNI, podrían concluir en tres años y permitirán analizar con mayor profundidad los beneficios de este método en personas afectadas por este mal, aún sin cura. "En Chile aún no se han dado las facilidades ni apoyos necesarios para realizar este tipo de ensayos clínicos", consignó el investigador del BNI.
Método no invasivo
El también bioquímico ha explorado en detalle cómo perfeccionar los parámetros de la estimulación eléctrica y así desarrollar un método no invasivo que permita emplear electrodos de manera superficial. Esta tecnología, que busca mejorar la función de las neuronas motoras, podría convertirse en un sistema portátil o un tratamiento ambulatorio para rehabilitar a pacientes con parkinson. Esto considerando que las terapias actuales, como la administración del medicamento Levodopa (derivado de la dopamina, sustancia natural que se encuentra en el cerebro) no logran curar ni frenar con éxito el avance de la patología.
"Uno de nuestros grandes sueños es llegar hasta el fin del camino y poder realizar ensayos clínicos; para ello necesitamos testear en nuestros modelos. También esperamos crear un producto nuevo y patentarlo", explicó el doctor Fuentes.
La finalidad del nuevo proyecto es crear un sistema inteligente de estimulación que funcione de acuerdo a la demanda y de forma automática como si fuera inteligente. "Esperamos que con cinco o 15 minutos diarios se provoquen cambios positivos a nivel neuronal mejorando así los síntomas motores y la movilidad de los pacientes", señaló el científico nacional.
La médula y las neuronas
El origen de estos hallazgos se inició en Estados Unidos en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) mientras que, paralelamente, el doctor Fuentes estudiaba junto a Miguel Nicolelis, creador del exoesqueleto que permitió que un paciente parapléjico diera el puntapié inicial en el mundial de Brasil el 2014. Tras estudiar la actividad neural del parkinson, el científico brasilero encontró que la patología tenía similitudes con la epilepsia y ahí surgió la idea de realizar estimulación a través de circuitos eléctricos que llegaran al cerebro. Tras la investigación, Fuentes diseñó el implante medular cuyos exitosos resultados fueron portada de la prestigiosa revista Science en 2009.
"Mediante una pequeña cirugía logramos insertar los electrodos sobre la médula espinal, entre las vértebras, pero sin entrar al tejido nervioso", comentó el investigador nacional. A través de los experimentos, se confirmó la hipótesis de que al estimular la médula efectivamente había una respuesta a nivel cerebral y los síntomas motores de la patología se reducían.
La técnica funciona al estimular la médula; la señal viaja a los axones y luego sube hasta al tálamo llegando a la corteza sensorial y motora.
"Este método también activa otros circuitos del cuerpo. El objetivo es seguir investigando la enfermedad y analizar su potencial para frenarla en sus distintas etapas", manifestó el también académico de la Universidad de Chile.