Para los antiguos romanos el año comenzaba en marzo y contaba de diez meses, así septiembre era el séptimo mes del año ( y de esa ubicación hereda su nombre). Posteriormente fueron añadidos los días de enero y febrero al final del calendario. Dado que este calendario producía una inexactitud, pues el año cuenta con aproximadamente 365 días, surgió en el año 47 a.c el calendario juliano, instituyéndose que se añadiría un día cada cuatro años al mes de febrero.
Luego de 1624 años de vigencia del calendario juliano, el Papa Gregorio XII implemento el calendario conocido como gregoriano en honor a su promotor, iniciándose el año el 1° de enero. El margen de error de este nuevo calendario es de un día cada tres mil trescientos treinta y tres años.
Septiembre o setiembre es el noveno mes del año en el calendario gregoriano y tiene 30 días.
En el hemisferio norte, el día 21 o 22 marca el equinoccio de otoño, mientras que en el hemisferio sur estas fechas indican el final del invierno y el comienzo de la primavera.
Como dato curioso es bueno saber que cada año, septiembre comienza el mismo día de la semana que diciembre; que el calendario gregoriano se adoptó inmediatamente en los países bajo la influencia de la Iglesia Católica y que solo en 1752 fue adoptado por el Imperio británico; en 1918 por Rusia y en 1927 por Turquía. Es actualmente el calendario utilizado internacionalmente, pero existen otros cinco calendarios diferentes aún en vigencia para diferentes culturas.
En la historia universal como en la nacional, el mes de septiembre ha dejado sus huellas.
La segunda guerra mundial se inició y termino en el mes de septiembre; las torres gemelas de USA fueron atacadas el 11 de septiembre y en nuestro país, también un 11, se terminó una larga historia republicana. Por una extraña coincidencia, todos los 21 de septiembre se celebra en todo el mundo, el día Internacional de la Paz. La Asamblea General de la ONU resolvió que cada 21 de septiembre estaría dedicado a conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y en cada pueblo, así como entre ellos.
Para nosotros, los chilenos, Septiembre es alegría, tiene olor a primavera y empanadas, a fondas y Parada militar.
Juan Carlos Tobar Abogado. Mg. Derecho