Desde hace unas décadas, cada 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Aun cuando hay controversia respecto a la definición de esta fecha, es sabido que se ha reservado en homenajea distintos colectivos que alzaron la voz por los derechos políticos y laborales de las mujeres, constituyendo hitos históricos en estas materias, los cuales además impulsaron transformaciones importantes, como el derecho a voto y la licencia maternal.

También, dentro del trabajo desarrollado por la ONU se identifican otros hitos relevantes como el reconocimiento internacional de este día (1975), y la aprobación de la CEDAW (1979), la cual fue ratificada por Chile (1989).

A pesar de los diversos avances en leyes y políticas públicas, las mujeres continuamos siendo objeto de discriminación y violencia. En tal sentido los esfuerzos son todavía insuficientes. En nuestro contexto y aun cuando se reconoce que la violencia hacia las mujeres perjudica la capacidad social y política del ser humano, Chile mantiene deudas de género, como la paridad en altos cargos o la mejora en los resultados educativos que mantienen brechas.

Como parte de la lucha por el respeto a sus derechos, este año se ha convocado a una huelga internacional. Dicha movilización se origina en laurgente necesidad de acabar con la desigualdad de género y la violencia ejercida hacia las mujeres, cuyas cifras y expresiones se mantienen a pesar del trabajo realizado desde los movimientos feministas y los cambios en las leyes.

Este llamado a huelga se sustenta bajo cuatro ejes críticos: laboral, educativo, de consumo y de cuidados, lo cual evidencia problemáticas dominantes en relación al ejercicio de los derechos de las mujeres: brechas salariales y en resultados educativos, feminización de la pobreza y de los cuidados a terceros.

En este ámbito, la contribución de la sociedad civil y en especial de las universidades, resulta fundamental para avanzar en la construcción de una sociedad más justa, así como en el desarrollo de una conciencia crítica sobre los problemas que enfrentamos las mujeres.

Asumir estos desafíos implica llevar a cabo experiencias trasformadoras que impulsen el cambio sobre los papeles que tradicionalmente han desempeñado hombres y mujeres, y desde allí ofrecer visiones distintas para una sociedad más igualitaria.

Dra. Claudia Contreras Educadora de párvulos-psicóloga, Inst. de Cs. de la Educación, UACh

30 años | 8 de marzo de 1988

Denuncian amenazas de muerte y ataques a familia

Una familia integrada por seis adultos y cinco niños, que reside en la población Yáñez Zavala de Valdivia denunció que está siendo amenazas de muerte por vecinos, que los culpan por la detención de un sujeto acusado de la muerte de un joven del sector. También ha habido ataques con piedras a la vivienda.

20 años | 8 de marzo de 1998

Feria Central figura entre los proyectos priorizados

Un nuevo gimnasio municipal, la Feria Central y establecimientos comerciales en la zona sur de la ciudad, figuran entre los proyectos con prioridad para Valdivia, de acuerdo a los planes del Ministerio de la Vivienda. Con respecto a la feria, el Serviu provincial señaló que los recursos están postergados en Puerto Montt.

10 años | 8 de marzo de 2008

Promueven "mechoneo" sin violencia en la UACh

Autoridades y dirigentes estudiantiles de la Universidad Austral de Chile se mostraron conformes con la respuesta que han encontrado a sus propuesta de "mechoneos" pacíficos. Ayer, unos dos mil estudiantes se reunieron en el Mirador del remo y luego en el estadio del Parque Municipal, donde reinó la cordura y la alegría.

Es cada vez más lamentable la situación que impera en las calles de muchas ciudades chilenas, que se han visto convertidas en grotescas pizarras por culpa de quienes se dedican a rayar paredes -públicas y privadas- y cuanto espacio encuentran sin vigilancia, especialmente en horas de la noche.

Se le llama, generosamente, la cultura del rayado, pero no es más que un enfermizo afán de ensuciar y romper los esfuerzos de quienes se empeñan en mantener los monumentos, muros, puertas, ventanas, mobiliario y la calzada en buenas condiciones.

Valdivia ha sufrido de manera notoria con la acción de estos sujetos que atacan bajo el amparo de la oscuridad. Si bien todavía no se llega a los extremos que se ven en la capital, con verdaderos asaltos a la locomoción colectiva, incluyendo al mismo Metro, tampoco se puede decir que está a salvo del vandalismo de la pintura.

Seguramente esta fea tendencia está llegando a su fin, porque como toda moda es pasajera, pero nadie puede asegurar que el mejor remedio para volver a ver la ciudad limpia es el tiempo. Hay actitudes que se prolongan demasiado y tampoco se puede asegurar que el deseo de provocar este tipo de daño vaya a terminar de un momento a otro.

Hasta el momento, la situación parece no molestar demasiado a las autoridades, ya que solo ocasionalmente se sabe de algunas personas detenidas en plena comisión de la falta y, cuando esto ocurre, las sanciones son tan poco intimidante que a los pocas horas se les puede encontrar en lo mismo. También es importante considerar que hay gente que dice estar convencida de que el rayado de paredes sin causa ni propósito es, efectivamente, una nueva forma de hacer arte.

Despierta mucha molestia observar rincones públicos y privados, con sus respectivas atracciones, convertidos en un amasijo de colores y garabatos que no apuntan a nada más que a la satisfacción de los bajos instintos de sus autores, quienes ya parecen haber impuesto sus condiciones.