IP Santo Tomás

Existe pleno consenso de que hoy las personas están viviendo más y esto implica entre las tareas de la sociedad y sobre todo del área académica, profundizar una alfabetización digital permanente en nuestros adultos mayores, con el fin de que la lectura les permita también estar en constante ejercicio de sus mentes.

Entonces nos preguntamos qué estamos haciendo para ello, de qué forma hoy enseño o explico a nuestros padres los múltiples usos del celular, correos electrónicos y más complejo aun es pensar en aquellos que son dirigentes sociales de agrupaciones, cómo postular a un proyecto social, si todos estos son a través de plataformas virtuales… Nos miran sin entender… y es aquí donde tenemos nuestro andar tan rápido y nos sentamos a pensar de qué forma logramos que nuestros adultos sean parte de estas nuevas tecnologías.

Vienen muchas ideas y nos quedamos con aquellas que nos permitan obtener un resultado óptimo, donde nuestros alumnos se enriquezcan de experiencia y nuestros adultos mayores ingresen a un mundo desconocido, amigable, pero al mismo tiempo como dicen ellos, amenazador.

Buscamos la forma de que esa amenaza de pérdida de comunicación cercana se vuelva beneficiosa para ellos y lograr así estar en constante comunicación con sus seres queridos. Hoy en día, el uso de las nuevas tecnologías permite que en cosa de segundos un mensaje viaje por la red y llegue a otro destinatario.

Nos preguntamos cómo conseguiremos esta tarea y nuestra respuesta es: a través de nuestra escuela de fortalecimiento de líderes sociales dirigida a nuestros adultos mayores, no solo de Valdivia si no de las comunas de la región, donde nuestros alumnos serán los actores principales en nuestra tarea, ahora nos queda responder ¿cuál es el aporte de la sociedad en esta tarea? ¿Qué más haremos para continuar mejorando?

Sandra

Navarro

Carrera de Servicio

Social

"Para mí, ser sastre es mi vida, me gusta lo que hago", dice Ernesto Figueroa Manque, de 71 años. Ha trabajado desde los 16 años, tanto como ayudante como en la fabricación de trajes a la medida, para hombres y mujeres de Valdivia.

"Hace muchos años que me independicé. A los 16 años trabajaba apatronado, me trajeron a Valdivia, con Otto Winter. Ahí era ayudante: recogía la basura, los sobrantes de tela e íbamos aprendiendo la técnica de la sastrería. Cuando nos daban una propina, más me entusiasmaba en poder aprender. Después de unos años, me fui a trabajar con los hermanos Contreras, por más de 38 años".

¿Jubiló con ellos?

-Claro y cuando cerraron la fábrica, me regalaron las mesas y maniquíes con las que trabajo hasta hoy. Tenía muchos, pero como el espacio es más reducido, tuve que vender muchos de esos productos.

¿Cómo era trabajar en una gran tienda de sastrería?

-Antes, con los Contreras teníamos mesones llenos de tela donde elegir e incluso teníamos algunos trabajos semi terminados, las personas se los probaban y hacíamos los arreglos necesarios. Era una muy linda época.

Me imagino que es muy diferente a ahora.

-Antes era sagrado que las personas mandaran a hacer un traje para las fiestas, con chaqué y todo, mientras que ahora es para graduaciones y matrimonios y los compran en tiendas, porque son más desechables y aquí vienen a realizar los arreglos no más.

¿Cuánto se demora en tener un traje completo listo?

-Depende de la cantidad de trabajo. Generalmente, hago tres pruebas: la medida al iniciar el trabajo, los arreglos y ajustes. Pero son por lo menos 15 días de trabajo.

¿Usted coloca la tela o la persona debe traerla?

-El cliente trae la tela, porque yo no cuento con stock para eso. Si quiere, viene a mi local, le digo la cantidad de tela que debe comprar, me la entrega y yo lo fabrico.

¿Cúal es el valor de un traje?

-100 mil pesos un traje de hombre. El de mujer es un poco más barato. Pero le va a quedar como guante.

¿Y qué tipos de arreglos son los que más le pide la gente?

-Bastas y achicar la ropa, porque darle no se puede mucho. Vienen muy justas y se pierde la forma.

¿Quiénes vienen más a verlo?

-Principalmente personas a las cuales los trajes de las tiendas no le quedan bien. Por ejemplo alguien muy bajo, con sobrepeso, muy alto o muy delgado, que nada le queda bien. También trabajo muchos con los marinos, quienes me piden los trajes para el año. Hasta 30 trajes he hecho en unos meses. A los campeones valdivianos del rodeo les hice unos seis o siete trajes para el Champion de Rancagua.

¿También llegan mamás con niños que tienen tallas especiales?

-Con ellos es similar. Los niños muy altos no encuentran chaquetas o pantalones de colegio con las medidas necesarias y vienen a mi local, a que los atienda.

¿Cuál es el horario de atención?

-De lunes a viernes, de 9.30 a 13 y de 15.30 a 20 horas.