Según datos del Ministerio del Trabajo (www.sil.mintrab.gob.cl) el sueldo promedio en la región de Los Ríos es de 628 mil pesos mensuales. Bajo, si se compara con el promedio nacional de salario, que llega a 769 mil pesos; pero ha aumentado en los últimos ocho años de manera constante: en 2010 era de 336 mil pesos mensuales y el nacional, de $429 mil.
Las cifras señaladas y los antecedentes de la última encuesta Casen, implican que la mayoría de los habitantes de esta zona -y del país- integra lo que se denomina "clase media" ; es decir, el grupo de la comunidad que se encuentra sobre la vulnerabilidad de la pobreza, pero en una situación que no es holgada, ni completamente segura, pues contratiempos como una enfermedad catastrófica, cesantía temporal, o una emergencia en el hogar, puede desestabilizarlo y hacer que su situación cambie y se precarice.
Ante esos imprevistos, las personas de este segmento se encuentran bastante solas. Sobrecalifican para los beneficios sociales que entrega el Estado (sus hijos no acceden a gratuidad universitaria, por ejemplo) y sus herramientas propias no les permiten solucionar problemas, debiendo recurrir al endeudamiento. No es raro, entonces, que en este grupo de concentre también la mayor tasa de morosidad del sistema financiero.
En un escenario como el descrito resulta interesante observar los anuncios del plan gubernamental "Clase Media Protegida", destinado a generar instrumentos que puedan ayudar en materia de Educación, Salud, Trabajo y Adultos Mayores. Se trata de optimizar acciones ya existentes, flexibilizar otras y crear nuevas que permitan mejorar las situaciones de personas que se esfuerzan por mantener una buena calidad de vida, pero que no siempre tienen herramientas para lograrlo.
Se trata de buenas iniciativas, a las cuales debiera sumarse un esfuerzo mayor por bajar la desigualdad de sueldos entre hombres y mujeres. En Los Ríos ellos ganan en promedio $650 mil y ellas $587 mil, con una brecha de género entre ambos de un 9,6%. Es decir, una familia de clase media con jefa de hogar vive una realidad aún más compleja que la liderada por un hombre. Sin dudas, ahí hay una tarea por hacer.