En el marco del I Congreso Internacional de Gerontología y Geriatría a realizarse en la U. San Sebastián sede Valdivia, y como docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y coordinadora de Musicoterapia en el Instituto Neurociencias Avellaneda (Argentina), quisiera abordar la "Musicoterapia y Alzheimer".
Las patologías relacionadas con la edad, presentan la característica de ser crónicas. Un ejemplo es el caso de las demencias y en particular de la enfermedad de Alzheimer. La demencia es una alteración cognitiva y conductual adquirida, que afecta el funcionamiento de la persona, presentando cambios significativos de memoria, personalidad y comportamiento. La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por afectar la memoria y el funcionamiento mental, pueden sumarse cambios de humor, desorientación en tiempo y espacio; confusión.
En cuanto a la musicoterapia, es una intervención no farmacológica; es decir, es una intervención no química, la que se ha aplicado en diferentes áreas de la salud.
En este contexto, cabe preguntarse ¿Qué sucede en la enfermedad de Alzheimer? En el progreso de la demencia las personas van perdiendo de manera progresiva el lenguaje, presentando dificultades para nominar, recordar palabras. Se suman además dificultades para orientarse en tiempo y espacio, incorporar información nueva, desconociendo rostros de su entorno cotidiano.
Ahora, ¿Qué es y qué busca la musicoterapia? La musicoterapia es definida como: El uso profesional de la música y sus elementos como una intervención en entornos médicos, educacionales y cotidianos con individuos, grupos, familias o comunidades; que busca optimizar la calidad de vida de los usuarios y mejorar su salud y bienestar físico, social, comunicativo, emocional, intelectual y espiritual.
La receptividad a la música suele estar presente, los recuerdos musicales estarán conservados y la memoria musical inaugurará una vía de acceso para descubrir la música guardada en la persona. En estadios avanzados de la enfermedad una persona es capaz de tararear canciones aún siendo incapaz de nominar un objeto o de reconocer una persona.
Con todo, la sugerencia será entonces, si no recuerdan la letra, silben, tarareen, porque en el camino de la melodía, irrumpirán las palabras, los recuerdos; escenarios vividos que están refugiados en la emoción de los recuerdos.
María Fernanda Rodríguez Conferencista I Congreso de Gerontología y Geriatría USS Valdivia