Precarización del empleo
El 8 de marzo se recuerda la lucha histórica por los derechos laborales de las mujeres, que se expresa en la desigualdad profunda y en la creciente precarización del empleo.
El 54,3% de los pobres en Chile son mujeres y solo perciben el 40% de los ingreso autónomos que se generan en el país (fuente Casen 2017).
Las mujeres emprenden más que los hombres, pero el 68% obtiene ganancias bajo el sueldo mínimo. (EME).
Muchos de los nuevos trabajos flexibles o empleos atípicos son precarios, sus vinculaciones son ingresos bajos, falta de protección laboral y social. Se caracterizan por la exclusión de algunos elementos, sistema de seguridad social que, en la relación tradicional, absorbía el riesgo de enfermedad, cesantía y pobreza en la vejez, estándares mínimos de seguridad en el trabajo y salud ocupacional, así como la colonización del tiempo libre.
El contrato social debe ser reemplazado por un nuevo contrato laboral y de género que, de espacio al desarrollo moral de la fuerza de trabajo actual y futura, según condiciones sociales, culturales y económicas. Ello hace cada vez más urgente, considerando el hecho de que el paradigma organizativo emergente del trabajo flexible, devuelve competencias creativas y espacios autónomos, pero tiene nuevas tendencias esclavizantes y excesivo desgaste de la fuerza humana.
La flexibilidad se apoya en una estructura de relaciones sociales desiguales y la inequidad de género pasa a formar parte de la estrategia flexibilizadora del mercado laboral, que se apoya en la necesidad de las mujeres de compatibilizar trabajo remunerado y trabajo reproductivo y en la segregación sexual del mercado del trabajo con ocupaciones masculinas y femeninas que se les sigue atribuyendo distinto valor.
Lorenna Saldías Yáñez Presidenta del Partido Radical Región de Los Ríos
50% de la población
En Chile, no podemos negar que ha habido avances, principalmente desencadenados cuando Michelle Bachelet asumió como la primera mujer Presidenta de la República. Su política de construcción de salas cunas, permitió que las mujeres puedan trabajar con la seguridad de que sus hijas e hijos están siendo bien cuidados. La Presidenta también propició la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género y promulgó la Ley de Cuotas Parlamentarias. Sin embargo, aún queda mucho por avanzar. Es urgente que el Estado fortalezca las políticas públicas, que buscan reducir la brecha entre mujeres y hombres, inequidad que se traduce en la falta de formación y protección para las mujeres. No puede quedar a criterio de las alcaldesas y alcaldes el contar con Oficinas de la Mujer, y aún más grave, no puede ser que sólo algunas comunas tengan Centros de la Mujer -dispositivo del MinMujeryEG- que entrega apoyo social, psicológico y jurídico a víctimas de violencia intrafamiliar.
También, es necesario que el presidente Sebastián Piñera apoye la Ley de Cuotas Municipales, lo que ayudaría a aumentar la participación política de las mujeres a nivel local. De los 345 municipios del país, sólo 41 son dirigidos por mujeres y hay muchos concejos municipales conformados exclusivamente por varones.
Es imperioso intervenir los currículos educativos para avanzar hacia una educación no sexista.
Pero para esto, debe existir un compromiso desde los hogares, especialmente de los varones, quienes deben asumir un nuevo rol, acompañando a sus parejas en el trabajo doméstico y en el cuidado de las hijas e hijos.
Esta semana fui invitada a exponer a un encuentro de la Red de Alcaldesas por la Democracia y la Paz, en Cartagena de Indias, Colombia, donde una alcaldesa comentó que las mujeres somos el 50% de la población y madres del otro 50%; por lo tanto, nosotras tenemos la gran responsabilidad de dejar de criar hijas e hijos machistas y de establecer relaciones de iguales con nuestros compañeros, lo que nos permitirá avanzar como sociedad en equidad de género.
Ramona Reyes Painequeo Alcaldesa de Paillaco
Mujeres y tecnologías
Según cifras de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información (ACTI, 2016) la participación femenina en TI es cercana al 5%. Una cifra muy baja, considerando el amplio campo laboral que existe. ¿Se deberá a que falta motivación en las mujeres? En un estudio realizado por Accenture el año pasado, aseguró que sólo el 22% de los estudiantes de carreras técnicas de tecnología pertenecían al género femenino.
El bajo incentivo y conocimiento de nuestra sociedad que permite que las instituciones educacionales sigan con su enseñanza tradicional, sigue siendo un problema. Aun ahora cuando vemos a Hedy Lamarr, que fue la genio que sentó las bases de las comunicaciones inalámbricas, base de nuestra vida moderna, o a las "Top Secret Rosies" que fueron las primeras programadoras de Eniac (la primera computadora) la historia sigue olvidándolas.
Necesitamos más personas, hombres y mujeres, que sigan impulsando las ciencias, matemáticas, tecnólogas e ingenieras, entre otras. El llamado es a que nos atrevamos y nos involucremos en estos temas.
Claudio Torres, Reg. Manager D-Link