Las estadísticas indican que en el terreno de casi 4 hectáreas existen unas 7 mil tumbas y que el promedio de entierros anuales es entre 180 y hasta 200.

De acuerdo a la información entregada a Diario Austral de Osorno por el administrador del camposanto Antonio Parraguez, queda espacio libre para 550 sepulturas, lo cual implica que la capacidad máxima se alcanzaría en unos dos años. Pero no hay posibilidad de ampliación para el recinto.

Parraguez recordó que hasta la década del '70 existía un gran espacio disponible para extenderlo, pero paulatinamente ese terreno se fue llenando con poblaciones, que conformaron el núcleo del sector Ejército Libertador de la comuna.

Hoy, las viviendas están a menos de 10 metros del límite del cementerio y la preocupación de la comunidad está en que cada vez es más estrecho, para recibir los requerimientos que llegan cada año.

"Antes no existían los cementerios municipales, sólo había católicos, razón por la cual recién se legalizó el de Río Bueno en julio de 1946. Los otros eran cementerios rurales, administrados por las comunidades en cada sector", explica Antonio Parraguez.

A raíz de esta situación el administrador municipal Mauricio Ovando y la jefa de Secplac Milenka Zúñiga, realizaron un llamado para que los familiares de personas fallecidas concurran a regularizar la propiedad del sitio donde se encuentran las tumbas, de acuerdo a lo que exige la normativa (ver recuadro).

Creado a mediados de 1946 para una población que no superaba las 5 mil personas, el Cementerio Municipal de Río Bueno se encuentra ahora con su capacidad al límite.

Alejandra Pérez Pavez

El ministro en visita Álvaro Mesa, confirmó ayer la existencia e identificación de restos óseos correspondientes a uno de los 17 campesinos asesinados en Chihuío el 9 de octubre de 1973.

Se trata del obrero Pedro Segundo Pedreros Ferreira (48), información que fue entregada directamente a sus ocho hijos y otros parientes cercanos, en una reunión llevada a cabo en la Corte de Apelaciones de Valdivia.

El ministro Mesa afirmó que ésta es la primera vez que la familia pudo tener la certeza que fue encontrada una pieza ósea, correspondiente a parte de una rodilla Pedreros, la cual fue analizada en un laboratorio especializado en Austria.

Durante la notificación, el ministro también dio a conocer a los familiares el informe pericial y entregó el certificado de defunción actualizado, en el cual se detalló como causa de muerte, en este caso: "muerto fallecido por agentes del Estado".

Con esta nueva pericia, Pedreros se convirtió en la víctima Nº 13 de las 17 en ser identificada y se suma a Carlos Acuña Inostroza, José Cortés Díaz, Luis Ferrada Sandoval, Daniel Méndez Méndez, Ricardo Ruiz Rodríguez, Manuel Sepúlveda Rebolledo, Rosendo Rebolledo Méndez, José Barriga Soto, Sebastián Mora Osses, Narciso García Cancino, Fernando Mora Gutiérrez y Rubén Vargas Quezada.

Todos ellos eran parte del Sindicato Esperanza del Obrero del Complejo Agrícola y Forestal de Panguipulli.

Familia

Una vez terminada la audiencia, los familiares de Pedreros se trasladaron hasta la Casa de la Memoria de Valdivia para poder conversar sobre los preparativos del funeral que se realizará en Curriñe.

Según señaló su hija, Teudomira Pedreros, el sábado 30 de marzo retirarán el ataúd con los restos de su padre, "haremos un velatorio simbólico en Curriñe para sepultarlo el domingo en Futrono".

El mayor de los hijos, Pedro Pedreros, valoró el hecho de que, pese a su complejidad, se hizo posible que los ocho hermanos vivos (eran 15 hijos), puedan estar reunidos. "Tarde nos encontramos, pero más vale tarde que nunca. Ahora sabemos dónde va a quedar y que sus restos están. Sentimos que estamos cerrando un proceso que vivimos toda una vida, ya que cuando quedamos solos, la más chica tenía seis años. Hoy somos todos viejos." recordó.

Mientras que José Pedreros, dijo que "vivimos una larga espera, que creímos que no llegaría. Por un lado hay pena, pero por otro estamos contentos por nuestro padre y porque podremos sepultarlo con su esposa, en el cementerio".