Profesional desde 1999, Felipe Aguilar se reintegra en mayo al circuito europeo, en España y la República Checa.
Sus inicios fueron en el club Santa Elvira de Valdivia, cuando la realidad del golf era bastante distinta a la de hoy en día. "Cuando comencé a jugar era una pasión personal y un esfuerzo familiar. Antes era el profesor quien te formaba, te impulsaba; no había la posibilidad de ir a giras en otros lugares, no había ningún calendario competitivo", recuerda.
Por ese entonces las federaciones no estaban involucradas como hoy, y ninguna institución que se dedicara a fomentar el deporte juvenil en Chile.
Felipe Aguilar no recuerda cuántos premios ha ganado, pero sí que con el de Rancagua suma más de 50. Está seguro e ilusionado de que el golf está prendiendo en los niños, ya que en su academia tiene cerca de 100 inscritos, algo que no era muy común. "Este fenómeno partió con Nicole Perrot, luego gané yo y hoy tenemos latente el tema de Joaquín Niemann. Todas estas cosas hay que aprovecharlas, para seguir fomentando el golf nacional", finaliza.