Más que piedras
Los últimos hechos han sido como un tsunami social, pero una vez que nos revolcó la ola, balbuceamos hipótesis, armamos relatos y elevamos plegarias. Que se veía venir, que era evidente, que estaba latente, cómo no lo vimos; sí, todas las anteriores, quizá. Lo que nunca formó parte de las premoniciones son la furia y la violencia desatada; los insultos y escupos, el desprecio y el pago de inocentes. La lluvia de piedras de chilenos contra chilenos es una escena conmovedora; las piedras representan la furia contenida, la ira desgarrada, la cobardía de la mano que se esconde y arranca, la desproporción de las emociones, el querer pulverizar al otro; no son precisamente una lluvia de ideas, son la irracionalidad concentrada en su dureza, no son en realidad las piedras angulares de los constructores.
Podemos cambiar las estructuras, las leyes, los sueldos, el gobierno completo de diestra a siniestra, pero si no cambiamos nosotros, el país seguirá en una inercia, acumulando energía para el próximo terremoto social.
La división más profunda no radica solo en la clase social y en las injusticias reclamadas, sino en el no poder mirar al otro desde la empatía y la humanidad, simplemente no verlo. Cambiar el corazón humano no sucede en la revuelta social, porque es una decisión propia, apagando la televisión, saliendo de las redes sociales y entrando en lo profundo de mi hábitat, donde, a veces, descansa la gran piedra: el propio yo.
Ahí cabe justamente la pregunta: ¿Qué espera hoy Chile de mí? Parafraseando a André Frossard se puede decir que, hoy más que nunca se necesita una dulzura activa que quiebre, que exceda a toda violencia, capaz de hacer que estalle la piedra más dura y, más duro que la piedra, el corazón humano.
María Solange Favereau C. Académica Fac. Educación UAndes
Abandono, abuso y angustia
Esta trilogía explica la actual crisis social. No reconocer que entre un 30 y un 40% de la población del país se siente abandonado, abusado y angustiado por un sistema profundamente desigual es haberse quedado con que somos el país con el mayor ingreso per cápita de Latinoamérica y no haber leído la "letra chica": somos también el con mayor desigualdad del continente. Los Ríos es buen ejemplo de esto: en nuestro territorio hay más de 44 mil personas viviendo en pobreza. Hogar de Cristo, Fondo Esperanza y Techo trabajamos en los territorios más excluidos y conocemos esta realidad de vulneración permanente. Ahora nos hemos unido en una iniciativa de participación inédita que denominamos "Círculos Territoriales" para dar voz a las poblaciones con que trabajamos: jefas de hogar, adultos mayores, jóvenes fuera del sistema escolar y/o laboral, personas con discapacidad mental, habitantes de campamentos… Ellos, con ayuda de una metodología y una aplicación digital probada, harán el diagnóstico de lo sucedido, levantarán sus problemas más urgentes y darán sus propuestas de solución para cada uno. Nosotros entregaremos el sentir y el pensar de 60 mil personas de Arica a Punta Arenas a las autoridades a fines de diciembre, aspirando a que los invisibles sean considerados.
Claudia Ruiz Jefa de Operación Hogar de Cristo
Liderazgo y diversidad
En las últimas semanas el liderazgo ha ganado protagonismo siendo bastante cuestionado en diferentes frentes. No se trata solamente de un tema de contingencia, sino más bien de fondo. Al final, su ausencia es parte esencial de los desafíos que estamos atravesando como país.
Es clave tener claridad respecto a qué es el liderazgo y una forma de hacerlo es analizarlo a partir de qué define un líder como exitoso. Dentro de las definiciones disponibles, está la de WCH Prentice de 1961 que lo define como "aquél que puede comprender las motivaciones de las personas y lograr la participación de ellas de una manera que combine las necesidades e intereses individuales con el propósito del grupo."
Cuando hablamos de necesidades e intereses dentro del ámbito de la empresa, llegamos a una variable clave que son las motivaciones. Conocerlas, entenderlas y abrazarlas es uno de los puntos críticos de un líder exitoso y para ello hay dos variables que más que nunca deben ser consideradas: la intergeneracionalidad y la diversidad.
Nathália Molteni Associate Partner Page Executive
Todos somos chilenos
Nuestro Padre de la Patria, tenía un claro concepto de la necesidad de poseer unidad nacional, reuniendo bajo una misma bandera y similares ideales, a todos los que habitaban el territorio nacional.
En carta dirigida a José María de la Cruz desde Montalván, el 5 de abril de 1840, manifiesta lo siguiente: "Al mismo tiempo, conozco también demasiado, la ignorancia, apatía y amor propio de los que se llaman a sí mismos civilizados, para no saber que la idea de unir a todos los chilenos, en una gran familia, será tratada por muchos con el mayor desdén y desprecio". Don Bernardo O'Higgins siempre mantuvo la convicción de que todo aquél que viviera en el territorio nacional era chileno, no olvidemos que cuando era Director Supremo, había proclamado que todo habitante del país lo era, independientemente de su raza u origen.
Antonio Yakcich F.