Los orígenes de la ciencia moderna
En 1949, cuando "Los orígenes de la ciencia moderna" (Debate, 2019) vio la luz por primera vez, la historia de la ciencia era aún una disciplina en ciernes y esta publicación se instaló como un faro de alto alcance, cuyas luces son consideradas hasta hoy como una referencia ineludible. Su autor, el destacado historiador y filósofo británico Herbert Butterfield (1900-1979), asumió en este libro la tarea de compilar una serie de conferencias dictadas en Cambridge en 1948, entregando un sólido, accesible y ameno relato respecto a los cambios de paradigma a través de los siglos. Claramente no se trata de procesos o fenómenos sencillos ni baladíes; sino que refieren a la modificación profunda de la forma de pensar.
El autor presenta estos cambios de manera interesante, partiendo desde cómo la gente pensaba antes de que ocurrieran los avances científicos modernos y también abordando el cómo ocurrieron o surgieron esos cambios. Por ejemplo, la física aristotélica y la idea del movimiento uniforme como resultado de una fuerza constante, inspirada en el avance de un carro de caballos. O revisar, asimismo, cómo la noción de que el agua y el aire eran elementos irreductibles supuso un freno u obstáculo para que la revolución científica en la química fuera consumada.
En concreto, Butterfield sigue el desarrollo de la ciencia desde fines de la Edad Media hasta la Revolución Francesa. Su punto de engarce a través de la línea de tiempo es la comprensión del fenómeno del movimiento. Esto es relevante, ya que la emergencia de un modelo físico y matemático del movimiento sentó los pilares para que Newton hiciera confluir la física terrestre y la astronómica hacia un conjunto de leyes universales que decantan en la mecánica. Fruto de su tiempo y, se infiere, de una mentalidad más conservadora, existen algunos pasajes en donde se evidencia un fuerte eurocentrismo, en el entendido de que es Europa Occidental el motor de la revolución científica y que después del surgimiento del cristianismo, esta revolución sería el hecho más relevante de la historia.
Daniel
Carrillo