Con frecuencia, solo se asume que algo realmente está mal hasta que se produce una crisis. El estallido social es un ejemplo clásico a estas alturas; mientras que la protesta de los funcionarios del Hospital de La Unión, se convierte en otra evidencia cercana y actual de que hay que actuar urgente y diligentemente.

De acuerdo a lo señalado por los trabajadores y a las informaciones publicadas, el centro asistencial está en situación de gravedad extrema y presenta realidades paradojales que desafían a las autoridades. Por ejemplo, no tiene insumos básicos para funcionar, pero durante años fue víctima de un robo permanente de recursos, que solamente fue denunciado el año pasado; no tiene baños para los usuarios, ni espacios adecuados para atención, pero hace poco se hizo una compra millonaria de equipos que no tendrían ni lugar adecuado ni espacio suficiente para ser instalados; cuenta con escasos médicos, pero debe atender a un universo que supera las 100 mil personas. Literalmente no da abasto y aunque hace largo tiempo existe una promesa de construir otro recinto, ello no se concreta todavía y las necesidades deben ser satisfechas hoy. Es decir, se requiere respuestas en dos frentes, uno inmediato y otro a largo plazo.

Ante lo urgente, ya ha habido reuniones y declaraciones públicas lamentando oficialmente lo que sucede; ahora es de esperar que el Servicio de Salud actúe con rapidez. Respecto del futuro, es necesario señalar que también hay aprehensiones por el nuevo edificio.

El anuncio es que se levantaría un recinto con participación público-privada en un paquete de tres recintos (junto a los hospitales de Los Lagos y Río Bueno), pero todavía no se hace la licitación respectiva y los gremios temen que se pase el tiempo de permisos y presupuestos, por lo cual piden que el de La Unión se haga solo y rápido.

Quizás esto no se pueda satisfacer, porque la modalidad elegida parece ser la más adecuada. Sin embargo, sí ayudaría que el proceso se apurara y que la comunidad viera avances, comprendiendo que ya es hora de que los tiempos fiscales empiecen a sincronizarse con las demandas sociales cotidianas.

30 años | 17 de febrero de 1990

Carabineros logró decomiso de 9 sacos con seis mil locos

Seis mil unidades de locos fueron decomisadas por Carabineros de la Tenencia Gil de Castro, en la ribera del río Futa, en el sector Angachilla. El hallazgo fue realizado al interior de una balsa artesanal, que no registraba licencia y desde la cual una pareja de desconocidos se encontraba descargando nueve sacos con el molusco.

20 años | 17 de febrero de 2000

Asaltaron residencial a una cuadra de la Comisaría

La residencial Calle Calle ubicada en calle Anfión Muñoz, a una cuadra de la Primera Comisaría de Carabineros, fue víctima de un asalto protagonizado por un solitario asaltante, quien con un punzón amenazó a la recepcionista y la obligó a la entrega de los 70 mil pesos que había en la caja. Tras el atraco el sujeto huyó del lugar.

10 años | 17 de febrero de 2010

Hombre de 52 años murió en motel de un paro cardíaco

Un paro cardíaco, según la pericia preliminar de la PDI, le costó la vida a un hombre de 52 años, quien la madrugada de ayer se encontraba al interior de un motel, en la salida sur de Valdivia. El sujeto, identificado como E.A.C., cayó en el baño de una de las cabañas, dando cuenta del hecho una mujer de 43 años que lo acompañaba.

En la misma condición de lo que advertimos en 2016 (varios meses antes de los mega incendios forestales que terminaron desbastando alrededor de 600 mil hectáreas en varias regiones de Chile) nos encontramos hoy en día. Estamos de acuerdo que las condiciones de preparación son distintas porque las instituciones han aprendido la lección. Ya no están las escasas cinco aeronaves que existían el 2016 y en condiciones claramente deficientes para poder controlar incendios forestales de gran magnitud.

Hay que recordar que el 1% de los incendios devastan mas del 70% de la superficie, y esto es porque los incendios escapados en situaciones topográficas difíciles hacen imposible combatirlos a tiempo debido a los recursos tecnológicos que tiene nuestro país.

La preocupación que he expresado hace algunos días en reunión con el Ministro de Agricultura, el Director Nacional de Conaf, el Gerente de Incendios y el Subsecretario de Agricultura, es que las advertencias climáticas son importantes, tuvimos en 2019 una primavera lluviosa y por ende tenemos mucho material vegetal que creció, se encuentra seco y en condiciones de ser combustible de rápido ignición. Sumado a ello, vemos ya que este es un verano con temperaturas históricas, fuertes vientos y baja humedad, por ende, tenemos la condición propicia para volver a estar en una situación de alto riesgo como años anteriores.

A su vez, existe otro motivo de preocupación y es el aumento de la actividad turística, donde cientos de familias llegan a gozar de nuestras bondades naturales, pero es ahí donde debemos reforzar el llamado a la responsabilidad, precaución y al extremo cuidado con el uso del fuego, como actividades de camping, fogatas en lugares campestres o el uso inadecuado o no autorizado de prácticas agrícolas, lo cual si no se regula puede terminar en un problema mayor para nuestra naturaleza y nuestros bosques.

Combatir los incendios forestales y con ello la devastación de la biodiversidad de nuestra flora y fauna, espacios productivos de pequeños y microempresarios agrícolas, debe ser nuestra primera preocupación.

El autocuidado y medidas preventivas es lo que más vale. En ese sentido la Conaf ha destinado más recursos de lo que aprobamos en la ley de presupuesto, por lo tanto esperamos tener una mejor respuesta, más rápida y preparada de la que teníamos años anteriores.

Iván Flores García

Presidente de la Cámara de Diputados