Sobre el 8 de marzo
En abril del año 2019 una joven mujer, fue violada en la ciudad de Los Lagos, su madre declaraba en la prensa la crueldad del agresor: "él quería ahogarla en el río y la amenazó con un cuchillo", la víctima suplicó por su vida y logró arrancar. Sobrevivió a la agresión sexual, pero al acudir al sistema público de salud, falleció producto de una negligencia médica, según confirmaba la fiscalía en ese entonces. ¿Cuántas mujeres y niñas mueren en las largas listas de espera en el sistema de salud; cuántas son víctimas de femicidios, por que la justicia no respondió a sus denuncias de violencia de género; cuántas sufren problemas de salud mental por el peso de ser cuidadoras y trabajadoras?
El Estado subsidiario consagrado en la actual Constitución, ha ejercido un rol determinante en la situación de explotación neoliberal de las mujeres. Al retroceder en políticas sociales, han sido las mujeres las que sostienen gran parte del sistema de cuidados en el país: a adultos mayores, niños y niñas, enfermos/as, etc. Por ello, no es de extrañar que se produjera el agotamiento de las fuerzas históricas de las mujeres en este momento, frente a la violencia estructural contra las mujeres y disidencias en todos los territorios.
En nuestro país desde el 18 de octubre del año pasado, hemos sido testigos de la reacción estatal mediante la violencia política y sexual contra mujeres y niñas. Incluso enfrentamos una conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, bajo un marco que busca criminalizar al feminismo y a los movimientos sociales, con declaraciones de las autoridades que prometen "acompañamiento policial en las marchas". Por ello, este 8 de Marzo hemos conmemorado en un momento donde el feminismo ha logrado expandir su vocación de poder transformador a la sociedad en su conjunto, no sólo para generar condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, bajo los marcos de precariedad y estratificación social existentes, sino en la búsqueda de cambios sociales, que nos permitan construir una sociedad justa y democrática.
Karen Alfaro Prodecana Facultad de Filosofía Uach
Foto en sección Al Vuelo
En una foto que publican el día 1 de marzo -un camión 3/4cuartos descargando en García Reyes- aparece un vehículo mío. Somos una empresa valdiviana de cargo, creo que la única de la región.
Estaba ahí por necesidad y porque lamentablemente esta ciudad está colapsada con el tema de estacionamientos; no es por querer estacionarlos en ese lugar.
Es fácil publicar Al Vuelo, pero yo creo que el Diario Austral debiera haber publicado un artículo sobre cómo está la congestión de vehículos para poder entregar cargas, ya que por lo de más no somos los únicos que nos pasa esto.
Realmente es complejo no tener dónde estacionar para descargar, lidiar con Carabineros para que no nos infraccionen; con lanzas que te descuidas y te roban, además los clientes solicitando su carga urgente; sin considerar las manifestaciones.
Pablo Ulloa R. www.taladrizcargo.cl
Mujer y cambio climático
El cambio climático es un factor agravante de la desigualdad de género. Según Naciones Unidas, los impactos cada vez más frecuentes e intensos del cambio climático afectan más a las mujeres que a los hombres, a pesar de que contribuyen menos a provocarlo.
Las mujeres representan el 51% de la población mundial y un gran porcentaje de ellas se encuentra en condiciones de pobreza, lo que las pone en una situación de mayor vulnerabilidad frente a los efectos adversos del cambio climático. El 80% de los refugiados climáticos en el mundo son mujeres. Los desastres naturales, como las lluvias torrenciales, las olas de calor, las inundaciones y los huracanes, cobran la vida de más mujeres que hombres, y también son más afectadas por las sequías porque la menor disponibilidad de agua provoca una mayor inseguridad alimentaria que, a su vez, afecta más a las mujeres.
Durante muchos años, el cambio climático se ha presentado como un problema cuyos impactos tenían que abordarse a nivel global y de manera sectorial, priorizando la economía y el medioambiente, sin considerar las desigualdades de género como una perspectiva relevante en su análisis.
Recién en 2001 surge por primera vez en el debate climático la necesidad de incorporar el enfoque de género en la elaboración de los planes nacionales de adaptación al cambio climático. Luego fue la ciencia la que introdujo la perspectiva de género en sus análisis.
Pese a todo, según datos del Instituto Europeo para la Igualdad de Género, más del 80% de los puestos de responsabilidad en materia de cambio climático son detentados por hombres. Lo mismo ocurre en el ámbito científico, del que salen los informes para las discusiones en los foros internacionales.
Aún no hay suficiente comprensión de cómo el cambio climático y la variabilidad climática afectan las relaciones de género, ni de cómo abordar las diferencias de género de manera efectiva en las acciones de adaptación y mitigación.
Lo que está claro es que para detener el calentamiento global, es fundamental e ineludible la inclusión de la mirada de las mujeres en el debate.
Giovanni Calderón Bassi Director Ejecutivo Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático