En el marco de la reciente conmemoración del Día Internacional de la Mujer, quiero invitarlos a reflexionar sobre el coraje, la entereza y la fuerza de la mujer, esencial en estos y todos los tiempos, pero no desde cualquier término, sino que desde un concepto particular, como lo es el de "lobos".
Para poder explicarme, desde la experiencia, les puedo decir que en mis 43 años de carrera profesional en el área de la salud he podido ver las dos caras de una persona en un momento de vulnerabilidad: Desde lo más genuino y generoso hasta lo más mezquino y violento del ser humano. Pero de todas estas historias, he concluido que hay un denominador común, que no ha logrado cambiar la tecnología y tampoco las nuevas generaciones, en donde los lobos y mujeres tienen mucho más en común de lo que pensamos.
Puedo recordar con exactitud de mis tiempos de Enfermera, cómo mis colegas mujeres usaban sus capacidades de "criaturas instintivas", capaces de sentir lo invisible. O cómo, en mis equipos de mujeres se respiraba lealtad. Pues bien, como dice la Psicóloga y escritora estadounidense, Clarissa Pinkola (1996), autora de Woman who run with the wolves, "las mujeres, tal como las lobas, protegen a su manada y cachorros con su propia vida; sin importar el riesgo".
Es así como tanto en el servicio público como en el privado he conocido a muchas mujeres - lobos-: salvajes y bellas, que han elegido el coraje por sobre el miedo. Algunas han construido tribus y manadas tan fuertes que se acompañan hasta el final. Otras, en las que me incluyo, y tal cual lo hacen las lobas, hemos decidido enfrentar a los líderes alfa, resultando muchas veces en un autoexilio, renunciando al confort del grupo por el solo hecho de apostar por la autenticidad. Las mujeres, al igual que las lobas, prefieren la dureza de la soledad antes que sucumbir a cumplir con lo que otros quieren que hagamos o seamos. Eso es el coraje de ser uno misma: Asegurar y proteger nuestra identidad.
Esa es la opción que me llevó desde la Seremía de Salud de Los Ríos a este nuevo rol como Vicerrectora de la Universidad San Sebastián en Valdivia. Desde aquí no sólo trabajaré para todos, en especial lo haré para recordarles a todas las mujeres que salir de la espera y construir su auto valorización es el comienzo de lo que las acercará nuevamente a lo que realmente son: A esa mujer salvaje que huye de la domesticación, las trampas y cualquier cosa que pueda encerrarla.
María Angélica Hildebrandt Vicerrectora U. San Sebastián Sede Valdivia