"En este momento el diálogo dentro de las familias es muy importante"
RECOMENDACIONES. Este año asumió su cargo en la sede Valdivia de la Universidad San Sebastián y, ante la pandemia, entrega algunos consejos para enfrentar los cambios.
Este año Fernanda Barrera Perone (37) asumió como directora de la carrera de Psicología de la Universidad San Sebastián (USS) sede Valdivia. Y llegó a este cargo durante un comienzo de año atípico producto del nuevo coronavirus. Para ella, esto significa un tremendo desafío. "Tendremos que flexibilizarnos aún más e ir apropiándonos de medios que quizás no usábamos tanto, como las tecnologías. Hoy tienen un rol fundamental para poder comunicarnos, que es algo clave en estos momentos. Hay que tratar de ser lo más fidedignos y cercanos posibles aún teniendo la barrera de la no presencialidad", asegura.
Fernanda Barrera nació en Temuco. Estudió Psicología en la Universidad Autónoma de Chile y tras terminar comenzó a trabajar en la Universidad de Concepción en un proyecto dedicado a la evaluación de competencias TIC's en docentes. También hizo clases en diferentes casas de estudios superiores y después se trasladó a Santiago para cursar el doctorado en Psicología que imparte la Universidad de Chile.
En 2015, por motivos personales y familiares, llegó a Valdivia, donde trabajó como profesora en las universidades Santo Tomás y San Sebastián. Hace un año y medio integró la planta docente de la USS, donde tuvo la oportunidad de asumir como directora del Magíster en Gestión de Recursos Humanos. "Eso me llevó a un mundo relacionado más con la gestión que con lo académico. Así surgió la posibilidad de llegar a ser directora de la carrera de Psicología", explicó. Un reto que comienza dentro de un momento complejo.
-¿Podemos calificar la situación que vivimos hoy como una crisis?
-Siempre depende de qué estemos entendiendo por crisis. Una crisis ocurre cuando se presenta una situación compleja para una persona, o en este caso un conjunto de personas, en la que además hay emociones asociadas. Yo diría que estamos en un escenario complejo, que nos saca de lo cotidiano y que ha producido cambios profundos e inesperados. Ahora es importante cómo vamos a reaccionar ante esos cambios. Hay personas que se demoran más y otras menos en ir procesando los cambios porque también se generan resistencias. Cuando algo así ocurre se nos produce una invitación a reflexionar sobre lo que teníamos, lo que tenemos y lo que queremos.
-¿Qué ocurre con las personas cuando se producen este tipo de cambios?
-Las reacciones pueden ser muy diversas porque hay distintos aspectos que se ven trastocados y las realidades de las personas frente a este mismo escenario son muy distintas. En primer lugar hay un riesgo sanitario, vital, que puede producir emocionalidades asociadas al miedo, a la angustia. Y es importante mencionar que es normal que eso ocurra, tenemos emocionalidades asociadas al virus en sí mismo y hay que aceptarlas. Pero también estamos viendo cómo se está haciendo frente a esto y los lineamientos que se deben seguir, por ejemplo desde el Ministerio de Salud. Se nos pide quedarnos en casa y cómo enfrentamos eso será muy diferente dependiendo de la vivienda que habitamos. No es lo mismo una que tiene todas las comodidades frente a otra donde hay hacinamiento o existen dificultades interpersonales. Ahí afloran una diversidad de emocionalidades producto de las situaciones particulares que enfrenta cada persona.
-¿Qué aspectos habría que cuidar para sobrellevar esta situación?
-Un aspecto fundamental son las relaciones interpersonales. Si estamos solos es importante estar en contacto con otros, aunque sea a través de un balcón si vivimos en edificios o a través de las tecnologías que nos permiten comunicarnos. Los seres humanos tenemos necesidades psicológicas básicas y una de ellas tiene que ver con la vinculación con el otro. En el caso de quienes viven con otros, ojalá puedan estar con personas con quienes existan vínculos significativos, positivos y relaciones saludables. Esto nos generará apoyo social y conversaciones genuinas, donde podamos explicar lo que nos está sucediendo. Se puede sentir miedo, desmotivación, irritabilidad, pero cuando hay una buena comunicación podremos establecer qué mecanismos se tomarán como familia, o personas que habitamos en un mismo espacio, para ir lidiando con la diversidad emocional que se genera producto del encierro.
-Me imagino que las personas enfrentarán de manera diferente esta situación dependiendo sus edades ¿Qué apoyo se necesita para cada cual?
-Efectivamente no es lo mismo, las etapas evolutivas de las personas hacen que vivamos los sucesos de manera diferente. No es lo mismo explicarle a un niño pequeño que a un adolescente. Aquí también surge otro elemento que tiene que ver con las necesidades psicológicas básicas, encontrar un sentido a, en este caso, la cuarentena. Esto no debe venir como una imposición, sino que se debe analizar. Se debe entender que esto tiene que ver con cuidarnos nosotros y con cuidar a los otros. Darle sentido nos ayuda a vivenciarlo de una forma más positiva. Estoy pensando sobre todo en los adolescentes. Estar ahí y tratar de comprender al otro es muy importante, acercarse de verdad preguntado qué es lo que el otro siente y validándolo. Eso es clave más allá de la edad.
-¿Cómo pueden enfrentar los padres la educación en casa?
-En el caso de los niños más pequeños, si hay que ayudarles con las tareas, es recomendable que esos espacios no sean desde la obligación, sino que desde el aprovechar de acercarse y aprender cosas juntos. Darle un significado para que el niño lo sienta como un espacio agradable, de encuentro con el adulto y no como un deber dentro de un escenario tan complejo como el que estamos viviendo. Por otra parte, también es importante tener ciertas rutinas, mantener hábitos que ya teníamos. Tanto para los niños, como para los adultos, es bueno que en un momento de tanta incertidumbre tengamos ciertas certezas. La idea no es decir "no hagamos nada", pero tampoco es el momento de ser extremadamente exigentes con estas cargas.
-¿Qué otros consejos sería importante seguir durante la pandemia?
-Dentro de una familia, estoy pensando en un grupo de personas que conviven en el mismo espacio, es importante que se generen actividades en conjunto, las que pudiesen propiciar una comunicación genuina, donde se valide lo que cada uno está sintiendo. En este momento el diálogo dentro de las familias es muy importante. También se deben respetar los espacios individuales, sobre todo con los adolescentes. Esto implica coordinación dentro de la familia. Hay que atreverse a plantear con quienes vivimos nuestras necesidades. Por ejemplo, si alguien quiere hacer ejercicio pero el único espacio más grande es el living, es bueno acordar un horario para que lo pueda usar tranquilamente. Hoy tenemos espacios limitados versus lo que era nuestra vida cotidiana, pero se pueden compartir y a través del diálogo podemos plantear qué necesitamos y coordinarnos para que cada uno esté bien. Es fácil que surjan los conflictos cuando no existe diálogo, pero conversar de manera genuina, sin criticar, es la forma de resolverlos.
También es recomendable controlar el tema de la información. Hay hogares donde la televisión está todo el tiempo prendida, o la radio con noticias. Es bueno controlar tanto en calidad como en calidad. Como existe un boom de informaciones, estas se deben recoger de fuentes que sean confiables, pero también de manera medida. Está bien estar informado, pero es complejo si estamos todo el día en lo mismo.
-¿Cómo tendremos que enfrentar, posteriormente, el regreso a las actividades más cotidianas?
-Es una pregunta compleja, porque no sabemos si vamos a volver a lo mismo de antes. No sabemos cuánto va a durar lo que está ocurriendo, cuál es la mejor manera de enfrentarlo y los países están buscando distintas formas de resolverlo. Los escenarios van a cambiar. Hay personas que quizás tenían un trabajo y después quizás ese trabajo ya no va a estar. Creo que estamos en un escenario donde no sé si tenga mucho sentido cuestionarnos a largo plazo, es importante situarnos en el presente, tratar de mantenernos en un ánimo positivo entendiendo que vamos a pasar por distintas emociones. Esto nos recuerda que la vida es incertidumbre, pero tratamos de estructurar la sociedad de una forma para que nos de la sensación de certidumbre. Cuando pasan cosas como estas volvemos a ver lo vulnerables que somos. Hay que ir asumiendo que la vida es esto.