Esta semana -a nivel internacional- se celebró el día del libro, buscando no sólo el fomento a la lectura y de este modo el acceso a la cultura, sino que también sensibilizar sobre la propiedad intelectual. El día escogido, por la Unesco tiene un gran simbolismo en la literatura, puesto que el 23 de abril de 1616 fallecieron dos grandes de la literatura: William Shakespeare y Miguel de Cervantes.
La literatura es una de las artes más hermosas con las que cuenta la humanidad, nos permite, sin darnos cuenta, viajar en el tiempo y en el espacio. A través de ella nos podemos acercar a los modos de vida, de pensamiento, a los pesares y alegrías de las distintas épocas por las que ha transitado la humanidad.
Desde la instauración del Día del Libro, son muchas las actividades que distintas instituciones desarrollan. Hoy, producto del contexto nacional e internacional debemos acercarnos de una manera distinta a lo que significa. A través de este espacio, quisiera compartir con ustedes una reflexión a partir de unas líneas de la obra de Cervantes, correspondiente al Capítulo Segundo, de los consejos que dio don Quijote a Sancho Panza.
"Así es verdad -replicó don Quijote-, por lo cual los no de principios nobles deben acompañar la gravedad del cargo que ejercitan con una blanda suavidad que, guiada por la prudencia, los libre de la murmuración maliciosa, de quien no hay estado que se escape. Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte, y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad pontificia e imperatoria; y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos que te cansaran. Mira, Sancho: si tomas por medio la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que (padres y agüelos) tienen príncipes y señores, porque la sangre se hereda y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale".
En fin, cada capítulo de la obra así como la figura de Cervantes, a través del Quijote, nos lleva a su tiempo, a los conflictos de una época, y a valores que ya sea en el siglo XVII o XXI sustentan a nuestra sociedad y que el estudio de la literatura nos permite comprender, en estos momentos en los que la incertidumbre nos obliga a buscar en los cimientos de nuestra identidad.
Lorena Liewald Dessy Directora de Pedagogía de la U. San Sebastián sede Valdivia