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Ingresos de municipios son "sólo 4,3% menos que en 2019"

AYUDA SOCIAL. El subsecretario de Desarrollo Social dijo que la prioridad de los fondos es "combatir problemas producidos por la emergencia sanitaria".
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F. G.

Más de $100.000 millones correspondientes a los fondos Solidario y Común Municipal fueron transferidos hace unos días por la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), dinero que está siendo repartidos entre 342 comunas para apoyar a los vecinos frente a la pandemia del coronavirus. Ante algunas denuncias sobre el recorte de recursos, el subsecretario de Desarrollo Regional, Claudio Alvarado, indicó que los montos depositados son "sólo un 4,3% menor en comparación a 2019".

-¿Cuánto del Fondo Solidario anunciado para los municipios ha sido repartido y cuál debería ser el destino de ese dinero?

-Los casi $81.000 millones entregados por el Gobierno, a través del Fondo Solidario, fueron transferidos a las cuentas corrientes de los 342 municipios beneficiados el pasado miércoles 20 de mayo. Estos son fondos están orientados a satisfacer la ayuda social que las municipalidades tienen de acuerdo a su realidad local, ya que ellos mejor que nadie, conocen las reales y más urgentes necesidades de sus vecinos, aunque la prioridad es que estos gastos estén destinados a combatir problemas producidos por la emergencia sanitaria, (... como) la posibilidad de comprar alimentos básicos, vestuario, medicamentos, insumos o mobiliario médico, pago de arriendos y servicios básicos como luz y electricidad, además de gastos funerarios, etc.

-¿En qué se están invirtiendo esos recursos? Porque varios alcaldes han solicitado más para comprar cajas de mercadería, o han redestinado una parte a nuevas contrataciones.

-De momento no tenemos ninguna rendición formal sobre el uso de los dineros, ya que fueron entregados hace menos de dos semanas, por lo que aún es muy prematuro. Sin embargo, tal como establece nuestra legislación, los municipios deberán rendir de acuerdo a la resolución N° 30 de la Contraloría. Respecto al uso, tienen que ser distribuidos para atender las necesidades de los vecinos. En este caso podrían perfectamente ser usados para comprar cajas de alimentos, que está dentro del tipo de ayuda definida, pero no para pagar gastos corrientes del municipio como sueldos. Sería lamentable que un recurso que fue entregado para ir en auxilio de las familias más vulnerables (en medio de la pandemia...) sea utilizado para otros fines".

Aparte del Fondo Solidario, dijo el subsecretario, "este viernes se les transfirieron $97.000 millones correspondientes a saldos del Fondo Común Municipal de mayo. Esta cifra, junto con el adelanto de flujos que hicimos a comienzos de mes por $104.000 millones, hace que los ingresos de los municipios por concepto del Fondo Común Municipal entre enero y mayo del presente año, sea solo un 4,3% menor respecto a 2019".

"Voto de confianza" hacia los alcaldes

El subsecretario de Desarrollo Social, Claudio Alvarado, explicó que el Fondo Solidario se depositara directamente a los municipios "es un voto de confianza al trabajo que realizan los alcaldes. Sabemos que el municipio es la primera puerta que toca un vecino cuando tiene alguna necesidad, y confiamos plenamente en que ellos conocen las necesidades de sus vecinos y actuarán en consecuencia para entregar ayuda", razón por la que pidió a los jefes comunales "actuar con grandeza y destinar de forma efectiva y eficiente los recursos".

"Hemos olvidado la sequía enorme que vivimos" en Chile

CRISIS HÍDRICA. El cauce de los ríos está "en un 30% menos", dijo el jefe del MOP.
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El ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, se refirió ayer al déficit hídrico que enfrenta el país desde hace más de una década, y que en 2019 cobró la vida de miles de cabezas de ganado y hectáreas de cultivos. Ahora, a causa del covid-19 "nos hemos olvidado de la sequía enorme que vivimos", afirmó la autoridad.

"Como hemos tenido todo esto del coronavirus, nos hemos olvidado de la sequía enorme que vivimos", dijo el ministro a radio Cooperativa, agregando que "el año anterior fue el con la mayor sequía que Chile ha tenido desde que se mide, y los datos que tenemos hoy día son peores que los que teníamos el año pasado: los cauces de los ríos están en un 30% menos".

Pese a que aún no ha sido necesario el racionamiento de servicios básicos como el agua y la energía eléctrica, destacó Moreno, en caso de mantenerse el déficit de lluvias "naturalmente vamos a tener el mismo riesgo en la temporada que se acerca, que parte en septiembre".

El Gobierno, para evitar este escenario, trabaja en asegurar reservas hídricas, indicó el secretario de Estado, detallando que "en el caso de Santiago es teniendo la mayor acumulación de agua posible en el embalse El Yeso. (...) Lo mismo con el Río Aconcagua en el caso del embalse Los Aromos, para tener la mayor reserva posible para el Gran Valparaíso", por ejemplo.

Además, pese a las medidas de austeridad a causa de la pandemia, Moreno aseguró que siguen en construcción "las obras que permiten avanzar en esto hacia el mediano plazo, pero que no van a solucionar el problema en los años 2020 y 2021".

Precios de alimentos

La alimentación es uno de los rubros más afectados por la sequía, debido a la falta de riego que provoca en los cultivos, así como la muerte del ganado que no puede acceder a los caudales habituales, razón por la que sube los precios de la carne y los lácteos.

Al sumar la crisis hídrica a la sanitaria, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, dijo que, por de pronto, "no hay razón para especular con los precios, no hay razón para acaparar alimentos porque Chile está bien abastecido".

Sin embargo, reconoció Walker, en productos como las legumbres "tenemos algunas distorsiones en los precios. Esto responde a la oferta y la demanda", mientras que los huevos estarán "a un precio bastante más alto en los próximos 15 a 20 días y después se debiera tender a normalizar" debido a una baja en la producción.

Guillermo Bugedo

Covid-19: una oportunidad para hablar sobre la muerte

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Represento un grupo de personas, de entre 50 y 70 años, en que la muerte se ha aparecido como una posibilidad real y tangible en esta pandemia. La enfermedad por el nuevo coronavirus (covid-19) no ha reconocido límites y ha matado en vivo y en directo a miles de personas. La alta transmisibilidad del virus no hace diferencias en el color de la piel, los estratos sociales ni la religión. En ausencia de una vacuna, la mayoría de nosotros en algún momento contraerá la infección. En la mayoría de los casos será un malestar general, dolores musculares, fiebre y tos. En otros, cerca del 5% de los contagiados, el coronavirus producirá una neumonía y, si esto ocurre, la posibilidad de fallecer aumenta considerablemente.

El manejo de la neumonía es básicamente sintomático, ya que no existen medicamentos que la prevengan ni la controlen, sino las propias defensas del individuo. Al principio será el uso de oxígeno por mascarilla, luego de algunos dispositivos no invasivos que facilitan la respiración y pueden prevenir la fatiga de la musculatura respiratoria. Si esto no es suficiente, situación que ocurre en hasta el 50% de las personas con neumonía, debemos dormir al paciente y conectar su sistema respiratorio a un ventilador que permite sostener la oxigenación, mientras los pulmones se encuentran afectados y las defensas del individuo intentan vencer al virus. Estos tratamientos en la UCI son muy complejos, requieren de un equipo altamente calificado e incluso así la mortalidad oscila entre el 30% y el 50%.

A mis 60 años, si me contagio con el coronavirus, mi posibilidad de tener una neumonía es del 5%, de caer en ventilador entre 2 y 3%, y de fallecer, cercano al 1%. Una posibilidad baja, pero tangible y real. Ahora, si tengo una menor reserva cardiovascular, lo que va ocurriendo normalmente después de los 50 años, esta posibilidad aumenta. Por eso la mortalidad en la gente joven es bastante más baja y aumenta en aquellos que tengan mayor edad, patologías asociadas, alguna enfermedad debilitante, tabaquismo u obesidad.

Sin embargo, todas estas cifras pueden aumentar si hay un colapso del sistema de salud, situación que ha sucedido en otros países. Por eso la importancia de acatar las instrucciones, en el sentido de mantener el distanciamiento social cuando así lo indique. La protección de la salud debe ir de la mano de la protección de la economía, ya que esta también trae problemas de salud: desempleo, depresión, violencia. Así, las autoridades deben ir apretando y soltando la cuarentena, en una ecuación compleja, según los mapas epidemiológicos que varían día a día.

Aprovechando el confinamiento en que estamos todos sometidos, los invito a hablar de la muerte o mejor, de la otra vida. Comentar cuáles son nuestros miedos y nuestras esperanzas. Esto nos permitirá tomar decisiones anticipadas, las correctas, en situaciones complejas, de urgencia vital. También, entendiendo que la muerte es un fenómeno constitutivo de nuestra condición humana, nos ayudará a disfrutar estar vivos. Si le parece un tema complejo de abordar (sin duda, lo es), aquí va una idea: ¿cómo queremos que rece nuestro epitafio?

*El doctor Guillermo Bugedo es profesor de Medicina Intensiva de la Pontificia Universidad Católica de Chile