Correo
Como buen chileno
"Como buen chileno" es una frase que se escucha cuando alguien espera hasta último momento para realizar una diligencia, o llega atrasado a un compromiso. Se escucha muy a menudo el día en que vence el plazo para inscribirse en los registros electorales.
Según mi experiencia las personas que tienen éxito en la vida son aquellos que son trabajadores, cumplen con sus obligaciones y respetan el tiempo y los derechos de los demás. Ojalá que en el futuro se les dé el calificativo de "buenos" chilenos a estos últimos, así podríamos transformarnos definitivamente en un país desarrollado.
Mauricio Pilleux Dresdner
Tentación legislativa
Son muchos los hogares chilenos golpeados por los efectos de la crisis sanitaria. Múltiples figuras del mundo político, de izquierda y derecha, creen tener la solución para decir basta al sufrimiento de estas familias. Poco a poco se instala en la discusión pública el fetichismo previsional que podría poner en riesgo las futuras pensiones de millones de chilenos.
Fue extremadamente tentadora para la oposición, pero fracasada e inconstitucional, la iniciativa de los Senadores que buscaban expropiar los fondos de las AFP para financiar sus populistas medidas; como también el caballo sin patas de Camila Vallejos, para declarar de interés nacional a las Administradoras de Fondos de Pensiones. Pero si esto no fuera suficiente, se suma la iniciativa de autorizar a los afiliados a retirar hasta un 10 por ciento de su dinero en casos de excepción constitucional y que el Estado se haga cargo de reponer aquellos fondos.
Considerando que es facultad exclusiva del Presidente Piñera proponer gastos fiscales, y otra de sus atribuciones, modificar las normas relativas a las AFP o seguro de cesantía, es de suma relevancia zanjar esta discusión. Debe ser abordada con seriedad y cálculos responsables, sino llevará a un desastre previsional gigantesco, y donde los únicos perjudicados serán millones de chilenos.
Agustín Soto Fundación Por el Progreso
Nueva normalidad
Son tiempos difíciles para todos, de eso ni hablar… estamos bombardeados de información y debates en el mundo virtual donde médicos nucleares, científicos ganadores del premio Nobel, clarividentes y chamanes entregan la cura de la pandemia tras sus computadores o celulares en la comodidad de sus hogares. Son tiempos en que la polarización política está completamente centrada en la forma en que se maneja esta emergencia mundial; donde algunos que eran notables prospectos a candidatos en las próximas elecciones, salen de vez en cuando de sus escondites criticando o alabando según lo que les otorgue más "like" en sus redes sociales.
Al mirar noticias y recibir esa ola informativa, sobre todo cerca del mediodía donde se entrega el número de contagiados y fallecidos diariamente, uno se pregunta ¿Cómo saldremos de esto?... ¿Qué vamos a hacer?... preguntas válidas y llenas de incertidumbre, más aún con anuncios catastróficos de una economía que se contraerá en hasta un -7,5% este año, cuando con suerte crecíamos al 3% y nos sentíamos los jaguares de América latina.
Pero no todo es malo… es tiempo de reinvenciones, de análisis personales, de valorarse más y valorar a quienes nos rodean, es tiempo de sacar lo mejor de cada uno para salir adelante y demostrar que una pandemia no podrá acabar con el ingenio y la naturaleza luchadora de un país como Chile, más aún de la gente del sur.
¿Esta es la nueva normalidad?... la acepto y la enfrento…
Gerhard Brandt Jara
Gracias Escuela Nº1
Con inmensa alegrìa,la generación de los años 50 y 60,hemos recibido la extraordinaria noticia del aporte de 6.815 millones de pesos para el mejoramiento de la antigua Escuela N·1 de nuestra ciudad,construida hace 186 años.(su origen en calle García Reyes).
Le recuerdo a la nuevas generaciones que post terremoto del año 60 dicho establecimiento, construido en 1959, era uno de los más grandes y modernos. Contaba con excelentes servicios higiénicos, buenas, numerosas y calefaccionadas salas de clases,lo que las autoridades vieron como una oportunidad para albergar a muchísimas familias que habían perdido sus viviendas por el cataclismo.
Recuerdo, por ejemplo, haber vistos a adultos mayores enfermos pernoctando en el gimnasio,durmiendo abrigados, cómodos y con todo tipo de atenciones; entretanto los más pequeños disfrutábamos jugando y correteando por los patios y corredores.
En ese tiempo, el edificio fue la salvación para nuestros pesares y en él permanecimos un tiempo considerable, mientras se terminaban de construir las viviendas de emregencia en el sector Corvi y otros lugares.
Por los méritos expuestos,sugiero a las autoridades acordarse de colocar en algún rincón de nuestra acogedora Escuela N·1 una placa recordatoria diciendo que una vez ese colegio abrió sus brazos para albergar a tanta gente que quedó en la calle, con lo puesto y que necesitaba protegerse del hambre y frío que vinieron después del terremoto.
Luis Omar Sepúlveda Navarro