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más útil. Entonces me destinaron al Liceo Santa María La Blanca, lo que igual para mí era muy especial porque yo había estudiado ahí.

También era un liceo que había vivido un proceso de muchas dificultades, estaba en una crisis muy profunda, que venía saliendo de una toma de seis meses, había bajado la matrícula, y los resultados no eran los mejores. Sin embargo, yo no sabía cuánto era el desafío hasta que vi la realidad.

¿Cómo ha sido esta experiencia?

- Ha sido altamente desafiante, pero también gratificante. En la medida que uno ve que hay un proyecto educativo que puede gestionar, que hay voluntades, uno empieza a liderar un proceso que es un poco lento y que tampoco es en ascenso permanente. Hay periodos en que parece que todo va muy bien, están institucionalizadas prácticas y procedimientos, pero de pronto hay factores externos que afectan y que provocan retroceso. También ha sido un desafío personal, porque implica tener mucha entereza frente a dificultades, y a su vez tener la capacidad de coordinar voluntades para ir tras un proyecto común.

Hemos podido ir generando un equipo cada vez más consolidado, con profesionales destacadísimos que de verdad están ahí por vocación, y hemos ido perfilando un sello para el Liceo Santa María La Blanca, de impartir una educación de calidad, pero en un ambiente de calidez y respeto, en que los estudiantes sientan que es su espacio. Por eso hemos fortalecido el apoyo psicoemocional para brindarles apoyo desde los distintos ámbitos.

¿Cuál diría que ha sido su mayor logro en el establecimiento?

- En lo objetivo ha sido el aumento de matrícula significativo, pero que este año ha bajado por circunstancias externas. En el mejor momento, aumentamos la matrícula de 269 a 456 alumnos. También hemos logrado ir perfilando el proyecto educativo e instalando prácticas pedagógicas que sean de más largo aliento, que vamos evaluando y ajustando. Por ejemplo, instalamos un plan lector y junto a eso vamos creando los espacios en el liceo para que los estudiantes sientan que una buena lectura tiene ciertos privilegios y reconocimientos.

¿Cuál diría que son sus desafíos en el corto y mediano plazo?

- El desafío mayor yo diría que es crear las expectativas para que los alumnos sientan que pueden y tienen las capacidades de desarrollar sus talentos, y que pueden concretar un proyecto de vida. Cuando no existe esa expectativa, es difícil generar aprendizaje de mejor calidad y que los chicos logren las metas. Por esto es que participamos del propedéutico de la Universidad Austral de Chile, que es un programa que incorpora tempranamente a los mejores alumnos de los liceo municipales a clases en la universidad, y luego pueden optar a un cupo en una carrera.

Un año difícil

¿Cómo describiría este año escolar en medio de la pandemia? ¿Cómo han logrado sacarlo adelante?

- Ha sido un proceso complejo para todos. Tuvimos dos semanas a los alumnos en el establecimiento y después se suspendieron las clases. Esto ha significado que los profesores deban conocer nuevas herramientas para hacer clases online a partir de Abril. Lo tuvimos que gestionar con capacitaciones internas, y buscar herramientas para llegar a la mayor cantidad de nuestros estudiantes. También implicó tener información fidedigna de cuántos estudiantes tenían acceso a internet y equipos para la conexión.

Todo fue una vorágine de trabajo, casi sin horarios, hasta lograr levantar una propuesta pedagógica para atender a la mayor cantidad de estudiantes. Trabajamos con una nube para colocar material para alumnos que no pueden estar en clases online, entregamos material impreso para quienes no tienen la opción ni de bajar material ni de asistir a clases.

¿Cuál ha sido el mayor desafío?

- El desafío mayor ha sido motivar a los estudiantes para que efectivamente participen y se produzca aprendizaje. Ahora estamos en una etapa de recolectar la información y poder levantar una fotografía de en qué estado vamos. La verdad es que es muy difícil generar aprendizaje de manera remota, pero estamos organizados, tenemos un sistema de trabajo, acompañamiento y retroalimentación. Estamos haciendo el mayor esfuerzo, pero tenemos claro que un aprendizaje de calidad en estas condiciones no se va a producir.

¿Cómo han vivido este periodo los docentes?

- Al comienzo algunos tuvieron mucho estrés, pero siempre con la mejor voluntad, porque el equipo docente es de muy buena calidad. No sólo son profesores que enseñan sus contenidos, sino que crean mucho vínculo con los estudiantes, lo que nos ha permitido tener información actualizada del estado personal de los estudiantes y sus familias, ya que es factor fundamental.

¿Qué balance podría hacer de todo este proceso?

- De las dificultades debemos sacar lecciones y aspectos positivos que nos puede dejar esta experiencia. Es una circunstancia para la que ninguno de nosotros estaba preparado. Nos dejó entender que en nuevas circunstancias uno es capaz de volver a aprender, capacitarse y hacer un esfuerzo por incorporar nuevas formas de trabajo que antes no habíamos valorado o no apreciábamos porque no las necesitábamos. La única manera de hacer este trabajo es que todos nos alineamos y trabajamos de manera unida.