"Me va costar mucho gritar un gol y no sentir al público"
FÚTBOL. En estos meses de cuarentena, la voz de la Roja perdió un tío por culpa del covid-19, conoció "el planeta" que habita su hijo y descubrió además el poder de las redes sociales y de las plataformas de video.
Si esta fuera una temporada normal, estaríamos hablando de la víspera del choque Venezuela-Chile por la cuarta fecha de las Clasificatorias para el Mundial de Qatar 2022. Nada más alejado de la realidad. El azote pandémico que tiene al mundo paralizado y con la actividad deportiva a media máquina y en plena incertidumbre, tampoco ha permitido ver el fútbol a nivel de selecciones.
Víctima de esto ha sido el relator de la Roja, Claudio Palma, quien vive un confinamiento vocal desde marzo, tiempo en el que ha estado recluido en su casa de Puente Alto y donde ha vivido de todo: "Han sido momentos de emociones distintas, de aprendizajes, de sufrir la pérdida de un tío, producto de un contagio; de tener ansiedad; de dormir mal; de no sacarte de la cabeza la carga negativa por las muertes y ver con harto dolor cómo la gente debe salir sí o sí de sus casas a ganar sus lucas y desafiando la hecatombe sanitaria. Llevo muchos años en el fútbol, y me gusta, pero también comprendo que la cosa va por otro lado en este minuto".
-Estar puertas adentro te permitió conectar con otras cosas que, por tiempo, te habría resultado imposible.
-Claro que sí. Me acerqué mucho más con mi hijo y aprendí a conocer sus cosas y el planeta que habita. Yo nunca fui mucho de las redes sociales y él me enseñó que hay un mundo muy interesante para descubrir. Me di cuenta de que él es un balazo editando y musicalizando videos. Ahí caché las posibilidades del Zoom, del poder que tienen los Instagram Live. Un día recuerdo que agarré el teléfono y de la nada active mi Live y en dos minutos ya tenía a 100 conectados saludándome. ¡Qué loco eso! Ahí fue que me interesó abrir un canal de YouTube (Sin Barrera) donde pudiese instalar contenidos deportivos que a veces no caben en la televisión. Es muy fuerte lo que impactan estas plataformas y que en la pandemia se han agudizado. Ahí está el futuro, creo.
-Pero igual ensayaste la voz con la memorabilia de los partidos del Mundial del 62 y 66. ¿Qué tal fue prestar la voz a un tiempo en el que ni siquiera habías nacido?
-Ya lo había hecho en radio e igual me emocioné a pesar de conocer la historia y el resultado. Como relator es complejo saber el marcador, a veces relatar encima de algo hecho es como un plagio, pero igual bien. Me pidieron hacer las transmisiones en actual, lo que difícil, porque nos olvidamos de saludar a los que ya han partido.
-¿Qué gol gritaste más?
-Seguro que el de Eladio Rojas por el tercer lugar. Chile perdió a Jorge Toro a los 10 minutos, porque se lesionó y debió renguear; Manuel Rodríguez, también. Chile terminó con nueve jugadores en condiciones jugar y reaccionó con el último suspiro. Fue precioso. Con estas transmisiones vimos que los partidos de antes a lo mejor eran menos físicos, pero no menos intensos.
-¿Y qué opinas de los relatores originales de esos partidos?
-Que eran mejores que nosotros, pero también uno idealiza. Los goles de Julio Martínez con la frase "Justicia Divina" o escuchar al legendario Raúl Prado son cosas de culto. Era relatos con menos adornos, más sobrios si se quiere. El que cambia el paradigma en el tiempo es Vladimiro Mimica y luego apreciamos también a los argentinos o a Víctor Hugo Morales que nos cautivan con un estilo colorido, más pasional.
-Al menos este fin de semana vuelves al ruedo con el regreso del fútbol chileno, claro que en condiciones muy extrañas, sin público, además.
-Sí, y qué bueno, porque además era muy necesario, ya que hay mucha gente que también depende laboralmente de esto. A mí me atrae mucho que el fútbol chileno que, podrá estar decaído, tener sus luces y sombras, pero yo igual soy nostálgico. A final de cuentas se trata de lo nuestro y tiene valor.
-Desde el punto de vista de tu trabajo, ¿qué se perderá con esta detención?
-Yo creo que la emoción. El tema se va notar especialmente en los partidos en provincias. Por ejemplo, en La Calera yo tengo al público debajo de la cabina, entonces yo veo el abrazo del padre con el hijo tras un gol, los gritos de apoyo, los insultos. Esa atmósfera no la puedes recrear artificialmente. Me va costar mucho gritar un tanto y no sentir al público. Los sonidos grabados ayudan, pero no es lo mismo, nunca lo será.
-¿Cuáles son las precauciones que tomarás en tu caso?
-Nos toman exámenes a la casa y llenamos protocolo para ver si has tenido contacto con alguien en las últimas horas. Por seguridad me compré mis propios fonos y micrófonos y siempre precaución con el tema de las gotitas que salen de tu boca. En el estudio los camarógrafos están vestidos como astronautas y están a siete metros de distancia. Veremos cómo funciona el tema en la cabina de transmisión. Así están los tiempos ahora, viejo.
-Parafraseando al exitoso documental de Michael Jordan, ¿el proyecto para clasificar a Qatar será "el último baile" de esta Generación Dorada?
-Fíjate que tengo mucha fe que vamos a llegar a ese Mundial. Es cierto, no va ser fácil recomponer un vestuario tan quebrado, pero confío en el fuego que todavía tiene esta Selección. No podemos hablar de la renovación y dejemos de insistir en eso, porque en el corto y mediano plazo no hay nadie al nivel de los cinco o seis históricos de este equipo. Con lo que tienen Medel, va llegar, Vidal también, Alexis igual y ojalá que Bravo tenga continuidad en el Betis, porque en la Roja no tiene un reemplazante a su altura. En todos los puestos nos acomodamos, pero en la delantera está el problema, no ha salido nadie.
-¿Cómo es posible que Colo Colo, la U o la UC no saquen buenos jugadores? Hay algo que no está funcionando.
-Sí, hay un déficit ahí. Solo mira la cantidad de jugadores de más de 30 años que juega en el campeonato chileno. Y es como dices, es impresentable que, en todos estos años, por ejemplo, todavía no salga un buen lateral, con toda la plata que se invierte en las divisiones inferiores. Seguro que Reinaldo Rueda va a tratar de convencer a Beausejour para que regrese al equipo. Porque a pesar de su edad le va rendir mejor que cualquier otro. Y ahí está la ventaja de los mayores no sienten el pánico escénico de un chico debutante. Por ahí se nos puede colar Pablo Aránguiz como relevo para los segundos tiempos y quizás algún otro. Creo que hay tres selecciones muy parejas: Perú, Colombia y Chile. Porque Argentina y Brasil van a ir al Mundial; Uruguay seguramente va asistir también. Perú nos ha dominado en el último tiempo, pero en el equipo chileno hay algo de presencia, de actitud, de querer terminar sus carreras en un Mundial. En eso me apoyo.
-Tus relatos son como la banda sonora de la "generación dorada". Están en YouTube, en todos los recuentos televisivos. Cuando el ciclo ya se cierre quedarán para siempre en la historia. ¿Lo sientes así?
-Tuve la fortuna de acompañar este proceso y ese es un regalo. Aldo (Schiappacasse) me lo dijo que después del primer título de la Copa América. "Esto va perdurar cada vez que se recuerde el hito", me dijo luego de la tranmisión. El "Chile campeón, Chile campeón" me va perseguir toda la vida. De verdad que no tengo la noción de la fama, me da pudor. A mí llegaron estas cosas a los 40 años. Es extraño. Yo no me sacaría una foto conmigo, ni soy capaz de escucharme un partido entero, porque si hago el ejercicio me critico de inmediato.
"Han sido momentos de tener ansiedad; de dormir mal; de no sacarte de la cabeza la carga negativa por las muertes y ver con harto dolor cómo la gente debe salir sí o sí de sus casas a ganar sus lucas y desafiando la hecatombe sanitaria".
"Precaución con el tema de las gotitas que salen de tu boca. En el estudio los camarógrafos están vestidos como astronautas y están a siete metros de distancia".