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Coronavirus: más de 15.500 muertos y 2.033 casos nuevos

PANDEMIA. Cifra de contagios es la más alta en 12 días. Metropolitana, Valparaíso y Antofagasta son las regiones con más fallecidos producto del covid-19.
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Redacción

El Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) emitió ayer su 46° Informe Epidemiológico Covid-19, documento que registró más 15.500 muertos por la pandemia en Chile, al sumar los fallecidos con examen PCR positivo y quienes presentaban síntomas de la enfermedad al momento de la defunción, aunque sin prueba de laboratorio. El Ministerio de Salud indicó además un alza en los contagios, superando los 2.000 en la última jornada.

El DEIS afirmó ayer que 15.505 personas han muerto en el país a causa del coronavirus, según datos recogidos hasta el jueves 27. El total es la suma entre pacientes con confirmación de laboratorio (11.181) y otros cuyo resultado del examen era desconocido al momento del deceso, pero presentaban síntomas del virus en sus cuerpos (4.324).

Las regiones con mayor cantidad de fallecidos, entre confirmados y sospechosos, fueron la Metropolitana (11.131), Valparaíso (1.127) y Antofagasta (587).

En paralelo, el Ministerio de Salud ayer reportó un total de 11.181 fallecidos por coronavirus, los que corresponden a pacientes confirmados por laboratorio, según datos recopilados hasta el viernes 28 a las 21:00 horas.

En la última jornada, es decir entre las 21:00 horas del jueves y misma hora del viernes, fueron inscritos 49 decesos, de acuerdo a la información entregada por el DEIS a La Moneda.

2.000 casos nuevos

Hace 12 días que el informe diario del avance del covid-19 sobre el país no superaba los 2.000 casos nuevos en 24 horas, situación que fue interrumpida ayer, cuando Salud reportó 2.033 contagios entre jueves y viernes, de los cuales 645 no presentaban síntomas de la enfermedad.

En total, 408.009 personas han contraído el virus desde su llegada al país, señaló el Gobierno, en otras palabras, el pasado 3 de marzo. El DEIS, por su parte, señaló que esta cifra es 455.594, de los que 405.972 casos fueron detectados mediante test PCR, y 49.622 hasta esta semana permanecían como probables, sin confirmación de laboratorio, mientras que 17.351 no habían sido notificados.

Las unidades de cuidados intensivos (UCI) de todo el país reportaron además que 959 contagiados de covid-19 permanecían internados, de los que 708 permanecían conectados a ventilación mecánica y 131 se encontraban con estado crítico de salud.

Casi 2.000 detenidos en 24 horas

Carabineros informó ayer que 1.873 personas fueron detenidas en 24 horas, de las que 1.339 sufrieron privación de libertad fuera del toque de queda, es decir, entre las 23:00 y 05:00 horas. 580 de estas detenciones ocurrieron en la capital, destacando 21 aprehensiones en Plaza Baquedano, en una manifestación a favor de la opción Apruebo para el plebiscito de octubre, que concentró más de 50 personas, lo que infringe la normativa sanitaria. Además, durante el toque de queda se registraron 534 detenciones, de las que 421 fueron en regiones.

Acusan "campaña del terror" contra el regreso a clases

REAPERTURA. Figueroa destacó efectos negativos de la suspensión en los niños.
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El ministro de Educación, Raúl Figueroa, ayer acusó la existencia de una "campaña del terror" contra el regreso a clases presenciales, debido a la pandemia del coronavirus. Esta idea, según la autoridad, habría sido instaurada por el Colegio de Profesores.

"Si uno mira las declaraciones (del gremio de los profesores), su comportamiento a través de las redes sociales, todo apunta a dejar de manifiesto que, mientras no exista un control absoluto de la pandemia, (...) una reapertura de las escuelas no es una posibilidad real, cuando vemos que, de hecho, ya tenemos escuelas funcionando", dijo el ministro a radio Cooperativa.

"Hay un tema que es bien importante: así como es un error insistir en abrir escuelas donde no es posible desde el punto de vista sanitario, es también un error promover campañas del terror que apuntan a que donde es posible abrir escuelas, eso no se produzca", sostuvo Figueroa.

El presidente de los profesores, Mario Aguilar, dijo a ADN Radio esta semana que "vemos muy desconectado al ministerio de Educación de la realidad. (...) Siguen actuando como si hubiera normalidad, cuando no la hay de ninguna manera", en referencia a la emergencia sanitaria, donde la llegada del virus coincidió con el comienzo del año académico, en marzo.

El ministro ayer destacó que "frente a una realidad que es cada vez más evidente, que la suspensión de clases presenciales genera efectos negativos en los alumnos, se ha generado una especie de censura frente a siquiera la posibilidad de hablar de una eventual apertura de los establecimientos".

"Cuesta entender esa censura, porque siendo tan importante la educación y habiendo un consenso de tantos años sobre su relevancia, hoy día parece que para un sector la educación dejó de ser prioritaria. La oposición ha tenido, lamentablemente, un rol en esto que no se condice con la prioridad que ha tenido la educación en el debate de los últimos 10 años", cuestionó el titular de Educación.

Ante esto, el senador PS Rabindranath Quinteros publicó en Twitter que el ministro "se equivoca. Aquí no hay una campaña del terror, hay datos que confirman que el retorno a clases es un error: el Colegio Médico señala que no están las condiciones. Muchos padres y el Colegio de Profesores comparten ese criterio".

¿Volver a la "nueva normalidad"?

Manuel José Irarrázaval
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¿Alguien duda que nuestra vida postpandemia va a ser muy diferente que la previa? Ante la agresión de un virus implacable, del cual no conocíamos nada y contra el cual carecíamos de herramientas para combatirlo, nuestra estrategia fue simple: escondernos.

Es un sistema muy eficiente, pero con "costos colaterales" que gradualmente hemos identificado.

Desde lo sanitario, el temor al contagio ha implicado un descenso de 60% a 70% de las atenciones médicas no urgentes. Esto implica dejar de controlar las enfermedades que son potencialmente fatales derivadas de la hipertensión arterial, diabetes o cáncer.

Adicionalmente, la cuarentena, al limitar el ámbito de la actividad física, también ha causado un aumento de peso, consecuencias desfavorables en la salud mental y daño en la salud de los adultos mayores.

Desde el punto de vista educacional, se advierte un detrimento a corto plazo, que va a dejar a una o varias generaciones con un importante déficit de maduración y de conocimientos. Este drama afectará mayormente a la población más vulnerable, con menos acceso a tecnologías que permiten paliar en parte el déficit de presencia física en las aulas.

En lo económico, enfrentaremos la dramática situación de más de 2.500.000 personas que han perdido sus trabajos, un tsunami económico que fue previsto y desgraciadamente menospreciado por muchos.

Nos hemos ilusionado con una "solución": la vacuna. Pero hay muchas incógnitas al respecto.

Sabemos que hay seis vacunas, recién estamos testeando para saber si son eficientes y todavía no sabemos si, para lograrlo, requeriremos de una o dos dosis. Llegar a esa etapa no resuelve el problema. Una vez certificada la eficacia se requieren varios meses para la manufactura de unos cuatro a cinco mil millones de dosis, o quizás el doble, para ser distribuidas por todo el mundo y lograr una cobertura del 60% de la población. La tarea es extremadamente compleja en lo operacional, incluso si se logra convencer a los grupos "antivacunas". Por lo tanto, lo razonable es pensar que antes de dos años es poco probable que podamos dar por superada la amenaza del covid-19.

Ante esta situación, es absurdo pretender continuar escondidos: los costos descritos son intolerables. En un plazo largo, por lo tanto, lo sensato es iniciar la búsqueda sistemática de retornos a la actividad en un ambiente de "nueva normalidad" que requerirá algunas reglas generales: distanciamiento físico, uso de mascarillas, lavado de manos frecuente, pero también múltiples ensayos-errores específicos para distintas situaciones, en los cuales muchas veces nos equivocaremos, debiendo sufrir dolorosos retrocesos, como los vemos en los países europeos y Norteamérica.

Afortunadamente, a pesar de no disponer de vacunas, la experiencia en al tratamiento de la infección ha hecho que su letalidad disminuya, al entenderse mejor los mecanismos de acción del virus, y diseñar tratamientos localizados que, sin evitarla, la aminoran: corticoides, ventilación de alto flujo, anticoagulantes, entre otros.

Este complejo escenario lo enfrentamos además en condiciones muy desfavorables de liderazgo y conducción política, de odiosidades y "pasadas de cuenta": el panorama no pinta bien y es un desafío fundacional para Chile.

*El doctor Manuel José Irarrázaval es director de IPSUSS, en la Universidad San Sebastián.