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¿Quién debería recibir primero la vacuna contra el nuevo coronavirus?

PANDEMIA. Expertos proponen que se elabore un Modelo de Prioridad Equitativo, distinto al plan de la OMS, en el que se consideren diversos factores comunes entre los países.
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Efe

Expertos en salud de todo el mundo han elaborado un plan para decidir quién debe recibir primero la vacuna contra el covid-19, pese a que aún se ignora cuándo podrá haber una inmunización segura y eficaz contra el coronavirus, según un artículo publicado en revista Science.

"Cuando se desarrollen vacunas efectivas, el suministro será inevitablemente escaso", señalaron los autores, que indicaron que la Organización Mundial de la Salud (OMS), autoridades en todo el mundo y los propios fabricantes "ya encaran la cuestión de cómo se asignarán esas vacunas en todos los países".

El artículo lo dirigió Ezekiel Emanuel, subdirector de Iniciativas Globales y director de Ética Médica y Políticas de Salud en la facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania.

"La idea de distribuir las vacunas sobre la base de las poblaciones parece una estrategia equitativa", señaló Emanuel, pero el hecho es que, agregó, "normalmente distribuimos las cosas sobre la base de cuán grave es el sufrimiento en un sitio dado y, en este caso, argumentamos que la medida primordial de sufrimiento debería ser el número de muertes prematuras que la vacuna evitaría".

Si bien no se ha avanzado mucho en el diseño de un marco único y global para la distribución de las vacunas de covid-19, cuando las haya, ya se han planteado dos problemas, señaló el artículo.

Por un lado, algunos expertos sostienen que el personal que trabaja en la salud y las poblaciones con riesgos más altos, como los mayores de 65 años, deberían recibir primero la inmunización, y la OMS indica que los países deben recibir dosis proporcionadas a su población.

Desde una perspectiva de ética médica, ambas estrategias tienen "fallas graves", sostuvo Emanuel.

Diecinueve expertos en salud global de todo el mundo han propuesto un plan de distribución de vacunas en tres fases, denominado Modelo de Prioridad Equitativo (MPE), que busca reducir las muertes prematuras y otras consecuencias irreversibles en la salud de los infectados por el coronavirus.

Valores fundamentales

Estos expertos señalan que se deberían tener en cuenta tres valores fundamentales cuando llegue el momento de distribuir la vacuna de covid-19 entre los países.

Estos valores son beneficiar a la gente limitando el daño; dar prioridad a las poblaciones con desventajas, y asignar una preocupación moral igualitaria para todos los individuos.

El modelo toma en consideración esos principios enfocándose en limitar los daños causados por covid-19, como las muertes, los daños permanentes en los órganos, consecuencias indirectas como las presiones sobre los sistemas de salud y la destrucción económica.

Según el equipo de Emanuel, "de estas tres dimensiones la prevención de muertes, especialmente las prematuras, es particularmente urgente", y es lo que enfoca la primera fase del MPE. El criterio de muertes prematuras por covid-19 se determina en cada país calculando "los años de vida perdidos".

Para la segunda fase, los autores proponen que se tome en cuenta la mejoría económica en general y la medida en la cual se puede evitar que la población caiga en la pobreza.

En la tercera fase del MPE, se daría prioridad a los países con las tasas más altas de contagio "pero todos los países deberían, eventualmente, recibir vacunas suficientes para evitar los contagios, para lo cual se calcula que del 60% al 70% de la población debería ser inmune".

El plan de la OMS, en cambio, comienza con la administración de la vacuna al 3% de la población, y continúa con una distribución proporcional a la población hasta que en todos los países esté vacunado el 20% de los habitantes.

Emanuel y sus colegas argumentan que, si bien este plan puede sostenerse políticamente, "presupone, erróneamente, que la igualdad requiere el trato idéntico a países situados de manera diferente, más que responder equitativamente a sus necesidades, que son diferentes".

Los autores también objetan la idea que da prioridad a los países según el número de su personal de salud en primera línea del combate al covid-19, la proporción de población mayor de 65 años y el número de personas con enfermedades simultáneas en cada país.

"Terminaríamos dando un montón de vacunas a los países ricos, lo cual no parece ser la meta de una distribución equitativa", señaló Emanuel.

EE.UU. pide estar listos para noviembre

La farmacéutica estadounidense Pfizer espera tener para finales de octubre resultados de la última fase de pruebas de su vacuna contra el coronavirus. La empresa ha reclutado ya a unos 23.000 de los 30.000 voluntarios para los ensayos clínicos de la fase 3, mientras que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades pidieron ayer a todos los estados del país estar preparados para distribuir a finales de octubre o principios de noviembre una posible vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2.

3% de la población

LOS Niños pueden tener anticuerpos del covid-19 y virus en su sistema a la vez

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Los niños pueden tener anticuerpos del covid-19 y, al mismo tiempo, el coronavirus que la causa, según una investigación cuya próxima fase será probar si el virus que está presente junto con los anticuerpos puede ser transmitido a otras personas, señala un estudio que publica Journal of Pedriatrics.

El Hospital Nacional Infantil de Estados Unidos firma esta investigación centrada en saber cuánto tiempo tardan los pacientes pediátricos en eliminar el virus de su sistema y en qué momento comienzan a producir anticuerpos, la cual indica que "el virus y los anticuerpos pueden coexistir en pacientes jóvenes".

De los 215 pacientes del estudio, 33 se sometieron a pruebas tanto para el virus como para los anticuerpos durante el curso de la enfermedad y, de estos últimos, nueve mostraron la presencia de anticuerpos en la sangre, mientras que más tarde dieron positivo para el virus, explica el hospital en un comunicado.

La autora principal de la investigación, Burak Bahar, indicó que "con la mayoría de los virus, cuando empiezas a detectar anticuerpos, ya no detectas el virus. Pero con la covid-19, estamos viendo ambas cosas", lo que significa que "los niños todavía tienen la posibilidad de transmitir el virus incluso si se detectan anticuerpos".

Bahar dijo, que la próxima fase de la investigación será probar si el virus que está presente junto con los anticuerpos puede ser transmitido a otras personas, agrega la nota.

También se desconoce -indicó- si los anticuerpos se correlacionan con la inmunidad, cuánto tiempo duran los anticuerpos y la protección potencial contra la reinfección.

Además, se evaluó el momento de la eliminación del virus y la respuesta inmunológica y vio que el tiempo medio entre la positividad viral y la negatividad -cuando el virus ya no puede ser detectado- fue de 25 días.

La mediana del tiempo hasta la seropositividad, o la presencia de anticuerpos en la sangre, fue de 18 días, y de 36 días para alcanzar niveles adecuados de anticuerpos neutralizantes, los cuales son importantes para proteger potencialmente a una persona de la reinfección del mismo virus.

El estudio utilizó un análisis retrospectivo de 6.369 niños que se hicieron pruebas de SARS-CoV-2, y 215 pacientes que se sometieron a pruebas de anticuerpos en el hospital entre el 13 de marzo y el 21 de junio.

Los investigadores vieron que los pacientes de 6 a 15 años tardaron más tiempo en eliminar el virus (mediana de 32 días) en comparación con los pacientes de 16 a 22 años (18 días).

Las niñas del grupo de 6 a 15 años también tardaron más tiempo en eliminar el virus que los niños (mediana de 44 días para ellas en comparación con 25,5 días para ellos hombres).

"La conclusión es que no podemos bajar la guardia solo porque un niño tenga anticuerpos o ya no muestre síntomas", destacó Bahar, quien hizo hincapié en que "el papel continuo de la buena higiene y el distanciamiento social sigue siendo fundamental".