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Carreño explica que decidió concretar el proyecto en medio de la búsqueda de financiamiento y sin contar con dinero. Partió con el productor Juan Pablo Echeverría, quien fue reemplazado por Elisa Sepúlveda cuando la película llevaba cerca de tres años en desarrollo.
Planteada como un ensayo audiovisual, el filme parte de la fascinación de la directora por la historia de Whistler y su paso por Valparaíso en 1866.
Primero hubo un par de correos electrónicos contando sobre la idea de indagar sobre el personaje y luego vinieron jornadas de grabación de barcos de madrugada para integrar el componente visual al relato. A eso, se sumaron imágenes de archivo de un viaje a la Antártica del padre de la realizadora. De esta forma y con el mar como hilo conductor, es que es creada la relación entre el pintor y Conrad.
"Una de mis preguntas en esta película, es qué cabida tiene la pintura en este mundo que está sobre poblado de imágenes. Siento que ha tomado más valor en el mundo digital donde es mucho más fácil hacer fotos, por ejemplo. Ver la quietud de los barcos es como mirar un cuadro. Me encanta hacer puentes entre disciplinas, es muy rico ese espacio reflexivo", dice Carreño. Y agrega: "El cine es un espacio donde pueden entrar la literatura y la pintura juntas".
En pantalla
"El otro" y "Cartas de una fanática de Whistler a un fanático de Conrad" compiten en una categoría donde también están "Mes chers espion", de Vladimir León (Francia); "Toda la luz que podemos ver", de Pablo Escoto (México); "Tendre", de Isabel Pagliai (Francia); "Intimate distances", de Phillip Warnell (Reino Unido-Estados Unidos); "I WOW: I walk on water", de Khalik Allah (Estados Unidos); "Don't rush", de Elise Florenty y Marcel Türkowsky (Bélgica-Francia-Alemania); "Letter to a friend", de Emily Jacir (Palestina); "Las mil y una", de Clarisa Navas (Argentina-Alemania), "Chaco", de Diego Mondaca (Bolivia-Argentina); y "My mexican bretzel", de Nuri Giménez (España).