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ENTREVISTA. maría teresa infante, nueva jueza del Tribunal Internacional de Derecho del Mar:

"Un retiro (de la ONU) en el actual contexto no haría de Chile un país más seguro, independiente, ni más respetado"

DIPLOMACIA. La agente aborda su reciente nombramiento, la disparidad de género en el ámbito en que se mueve, reitera la importancia de pertenecer a Naciones Unidas y describe los temas referidos al mar que se están discutiendo.
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Desde que Alejandro Álvarez salió en 1955 de la Corte Internacional de Justicia que un jurista chileno no llegaba hasta un tribunal permanente de Derecho Internacional. Y es María Teresa Infante quien rompe con esta larga espera, ya que acaba de ser elegida, junto a otros seis magistrados de distintos países del mundo, como nueva integrante del organismo que vela por el Derecho del Mar.

Infante es una destacada diplomática chilena quien hace 15 años es directora de Fronteras y Límites del ministerio de Relaciones Exteriores y desde esa posición ha estado en la primera línea defendiendo las posiciones nacionales en complejos procesos como ante Bolivia y Perú.

En la última Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar Infante obtuvo más del 70% de los votos en una asamblea que tiene 168 países miembros.

-¿Qué significa para usted el nombramiento en el Tribunal Internacional del Derecho del Mar?

-Un motivo de reflexión sobre lo que he sido y acerca de lo que debo ser y hacer. Escuchar más que opinar. Confluyen sentimientos y recuerdos. Y, sobre todo, he gozado recordando a quienes me dieron apoyo, quienes creyeron en que era posible una candidatura y aportaron su consejo para que tomara la decisión de postularme. Chilenos y extranjeros, queridos profesores, colegas y amigos.

-¿Y para la diplomacia chilena?

-La diplomacia chilena siempre se ha destacado en las materias marítimas, ha tenido influencia en la creación de instituciones, es reconocida por su capacidad para generar acuerdos y buscar la eficacia de los regímenes internacionales. La membresía en el Tribunal del Derecho del Mar es una etapa en esta sostenida participación y refleja la creencia en que adherimos a la regla de derecho. La diplomacia chilena se desplegó con gran calidad para alcanzar este resultado.

-¿Cómo se eligen los miembros de este tribunal?

-Las elecciones se efectúan cada tres años, respecto de siete cupos correspondientes a aquellos jueces que han cumplido nueve años en el cargo. Algunos de ellos se presentan a reelección. Eligen los 168 estados partes de la Convención de las Naciones sobre el Derecho del Mar. Para que la elección sea válida, debe obtenerse dos tercios de los estados presentes y votantes. A su vez, en la reunión correspondiente deben participar a lo menos dos tercios de los estados partes de la Convención.

-Usted es la tercera mujer que integrará este tribunal de 21 miembros. Parece claro que hay una disparidad de género en los tribunales internacionales.

-En realidad, sería tercera en el actual Tribunal. Cuarta si consideramos la presencia de la distinguida jueza argentina Elsa Kelly, quien terminó su periodo este año, y fue la primera mujer en integrar el Tribunal. También ha ingresado una jurista italiana este año. Hay disparidad, a veces notoria, y respecto de ella, tiende a buscarse un mayor equilibrio. Existen movimientos interesantes que pretenden generar conciencia de que deben seleccionarse candidatas mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres.

-¿Ha sido esto último tema en su carrera?

-Lo ha sido sutilmente, como en todas las relaciones profesionales donde me ha tocado desempeñarme. Sentirse acogida, constituirse en una compañera y no un ser relegado y exótico, es parte de ese aprendizaje constante y, algunas veces, también de paciente resistencia. Aprender que no solo llenamos vacíos, sino que existimos y somos capaces de entregar opiniones fundadas.

¿Cuáles son los grandes temas que se están discutiendo hoy respecto del mar?

-En el derecho del mar, identificaría los clásicos temas de la jurisdicción marítima y las competencias de los estados costeros y del pabellón; la lucha contra la pesca ilegal, no informada y no reglamentada; el acceso y aprovechamiento de la biodiversidad más allá de la jurisdicción nacional; los recursos minerales en el fondo del mar y el régimen del patrimonio común; la elevación del nivel del mar y los cambios que se visualizan en términos de líneas de costa y de la propia preservación del territorio; la protección del medio marino; los efectos del cambio climático en la vida en los océanos; etc. En diversas ocasiones se requiere incluso de enfoques interdisciplinarios para aproximarse al tema marítimo. Pensemos en el valor de los océanos como reserva y hábitat.

-En estos días se ha sabido de una flota china en aguas internacionales y que se acerca a aguas chilenas. ¿Tiene jurisprudencia en esto el tribunal? ¿De qué modo pueden los países defender sus reservas?

-En calidad de jueza no puedo opinar sobre las decisiones de política que pueden adoptar los Estados. El Tribunal es un organismo judicial dotado de las capacidades para resolver las controversias que pueden presentarse a su conocimiento y cumplen con los requisitos de admisibilidad y de fondo.

-Hay voces en el país que han planteado la posibilidad de que Chile se retire de la ONU y de pactos que dirimen diferencias en tribunales internacionales, debido a fallos adversos como el del litigio con Perú en 2014. ¿Por qué son importantes estos organismos?

-La participación en Naciones Unidas es una calidad que los países valoran y donde desean estar presentes. Ellos saben que participar significa aceptar responsabilidades y entender que para influir se deben buscar alianzas, allegar apoyos, desplegar capacidades y prepararse para influir en las decisiones. La opción de un retiro en el actual contexto caracterizado por fuertes oposiciones y crisis de diferentes naturalezas no haría de Chile un país más independiente, ni más seguro o respetado. La aceptación de la jurisdicción obligatoria de tribunales ya sea de forma amplia o limitada, es siempre un acto soberano cuya relevancia corresponde evaluar con claridad y conociendo sus alcances.

Pensemos en las reglas que definen la prohibición de la discriminación racial, de las armas químicas y biológicas, la universalidad de los derechos humanos, el respeto de las fronteras, las zonas marítimas de soberanía y jurisdicción, la penalización de los crímenes contra la humanidad, la operación de los acuerdos comerciales, del transporte internacional, la expansión del arbitraje internacional, la posibilidad de declarar una plataforma continental extendida, entre tantas materias que aportan a la regularidad de la vida interna e internacional.

Respecto de la evaluación del fallo de la Corte Internacional de Justicia de 2014, invito a hacer un juicio maduro y reflexivo. La Corte reconoció la validez de diversos principios y puntos que nuestro país sostuvo y admitió la existencia de un límite marítimo por el paralelo de latitud 18°21'03" sur. Determinó una extensión menor que la de 200 millas, lo que criticamos y declaró que una parte de alta mar, no pretendida por Chile, constituía zona marítima de la otra parte. Es altamente recomendable la lectura del fallo y de las opiniones individuales y disidentes.

"La diplomacia chilena siempre se ha destacado en las materias marítimas, ha tenido influencia en la creación de instituciones, es reconocida por su capacidad para generar acuerdos".

"Sentirse acogida, constituirse en una compañera y no un ser relegado y exótico, es parte de ese aprendizaje constante y, algunas veces, también de paciente resistencia".