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El bailarín, coreógrafo y gestor cultural Ignacio Díaz, también sostiene que es urgente un reconocimiento efectivo.
"Las artes no son la industria del entretenimiento, solamente, la producción artística y cultural es el testigo de la transformación de la sociedad, nos incomode o no, el arte es transformador y evidencia de lo soñamos. En este sentido, una nueva Constitución es requerida para dejar de ser un mal país, un país oligárquico, machista, homofóbico, violento. Para transformarnos en lo que deseamos. El valor de las prácticas culturales debe ser relevado al estatus que se requiere, junto con la naturaleza y diversidad. Toda acción menor de participación efectiva y diálogo entre las partes interesadas, es un aporte, sin embargo lo que realmente hay que cambiar está en el ADN y eso no se pasa conversando solamente, se pasa trabajando con voluntad y con verdadero espíritu de transformación", asegura.
Desarrollo
Aldo Astete es escritor y responsable de los sellos Austrobórea y Sur Umbral. Trabaja desde Paillaco en potenciar las obras regionales y cree que el sector editorial también merece un trato mejor. "Si bien en los fondos concursables se han implementado herramientas que apuntan a la profesionalización, creo que sigue siendo necesario volver a pensar el rol de quienes están en el arte y la cultura con la generación de obras, pero desde un punto de vista laboral. Falta protección y resguardo en temas como por ejemplo imposiciones y salud. Según lo que haga cada cual puede ser que quepa en la calificación de emprendimiento o de Pyme, sin embargo hay una informalidad latente que si se quiere cambiar siempre va a depender de un tremendo esfuerzo por parte del artista. Nosotros no vamos a jubilar con una cantidad de dinero que nos garantice la dignidad que significa haber hecho aportes importante a la sociedad. Falta que quizás desde la Constitución se nos puedan dar la tranquilidad necesaria para trabajar", explica.
¿Amor al arte?
Para avanzar en cambios sustanciales para la comunidad creativa, hay que derribar mitos. Al menos así lo cree el cineasta José Miguel Matamala (productora Artistas Felices).
"Nosotros no hacemos las cosas por 'amor al arte', como dice el refrán. Nosotros le ponemos el mismo cariño, dedicación y profesionalismo a lo que hacemos, al igual que un abogado o un médico lo hace con su trabajo. Entonces, por qué tendría que haber una diferencia de conceptos y mayor regulación y reconocimiento para unos y no para todos. Creo que uno de los grandes problemas se tiene que resolver es precisamente ese. Somos uno de los sectores más invisibillizados. Tanto el estallido social como la pandemia, nos han dejado en condiciones sumamente precarias, entre otras razones, porque existe una desprotección. Sin embargo, el arte y la cultura han sido el principal acompañamiento durante la crisis sanitaria, lo que da cuenta de que efectivamente son cosas necesarias".