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ENTREVISTA. Rocío beatriz urrutia jalabert; presidenta Corporación Alerce:

"Queremos que más gente aprenda a querer nuestros bosques milenarios"

CONSERVACIÓN. La ingeniera forestal explica que el alerce hoy está en peligro de extinción y que es tarea de todos poder ayudar en su rescate.
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La doctora Rocío Urrutia, profesora adjunta de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh e investigadora del Instituto Forestal (Infor), se transformó en la nueva presidenta de la Corporación Alerce, la que desde hace once años se ha dedicado a la conservación y manejo sustentable de esa especie nativa.

La ingeniera forestal nació el 26 de mayo de 1978 en Santiago, lugar donde se mantuvo hasta el 2002, tras obtener su título de pregrado en la Pontificia Universidad Católica.Luego se radicó en Valdivia.

Relata que su intención siempre fue estudiar ingeniería forestal en la UACh y no pudo hacerlo. Pero, a la hora de la práctica profesional, optó por Conaf en Los Ríos y luego buscó la opción de desarrollar su tesis acá, lo que consiguió gracias a la ayuda del profesor de la Uach, Antonio Lara, quien además le dio la oportunidad de trabajar como asistente de investigación en un proyecto, lo que le permitió quedarse en Valdivia.

¿Cómo se dio su llegada a la Corporación Alerce?

-Mi historia con el alerce es larga. Mi tesis de pregrado fue sobre la reconstrucción de incendios en la Cordillera de Chiloé utilizando anillos de crecimiento de alerce. Como se trata de una especie milenaria, el alerce es muy estudiado para reconstruir principalmente el clima, pero también incendios y eventos volcánicos usando sus anillos de crecimiento.

Es así como una vez terminada mi tesis, seguí trabajando en el Laboratorio de Dendrocronología de la Facultad de Ciencias Forestales para tratar de reconstruir distintas variables climáticas usando alerce entre otras especies.

Luego, cuando me fui a hacer el doctorado a Inglaterra, y a pesar de la distancia, sentí que mi proyecto ideal sería estudiar en profundidad los bosques de alerce. En mi tesis de Doctorado (cuatro años) estudié el ciclo del carbono en bosques de alerce de la Cordillera de la Costa y de los Andes y su relación con el clima. En medio de mi Doctorado, donde pasé mucho tiempo en Chile tomando datos, me hice socia de la Corporación Alerce (2013).

Una vez que regresé, trabajé tres años en un proyecto para evaluar la vulnerabilidad del alerce al cambio climático y además, postulamos a otro Proyecto junto a colegas de la UACh y de la Universidad de Chile, lo que nos permitió consolidar aún más nuestra investigación en la especie hasta el día de hoy.

Así el alerce ha estado presente de una u otra manera en prácticamente toda mi carrera.

¿Cuáles son los desafíos de la corporación con usted a la cabeza?

-El desafío más importante es poner al alerce como protagonista principal y acercarlo más a la gente.

La idea es que cada vez más personas puedan conocer y valorar esta especie milenaria que puede llegar a vivir más de 3600 años.

El alerce es una especie muy carismática y nos ha acompañado históricamente a través de los usos tradicionales de sus tejuelas en casas e iglesias. No hay otra especie que pueda vivir tanto en el hemisferio sur y sus bosques, si es que no son alterados, están entre los que más carbono pueden acumular y por más tiempo, por lo que protegerlos es necesario.

Nuestro objetivo es avanzar además en la investigación de la especie involucrando a estudiantes de las Ciencias Naturales y Sociales, de forma que no

"Hay que asegurar el buen uso de los ecosistemas"

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Ligado al tema medioambiental y de conservación ¿cuáles son sus expectativas con este plebiscito?

-Primero que todo espero una alta participación de la gente, donde el resultado refleje el sentir y la opinión de la mayoría. Esperaría que pudiéramos construir un país donde el Estado tome un rol más activo asegurando un balance adecuado entre el uso productivo y la conservación de la naturaleza, con una política que mire en el largo plazo. Los ecosistemas nos proveen una serie de bienes y servicios, tan vitales como el agua, el secuestro de carbono y el hábitat para la biodiversidad, los cuales son esenciales para nuestra existencia y la de las generaciones futuras. Por esta razón, resulta indispensable asegurar su buen uso y su permanencia, por encima de los intereses económicos que puedan existir. Es imposible hoy en día, sobre todo bajo el contexto de cambio climático, pensar en un país en que el desarrollo no sea compatible con la conservación de la naturaleza.