Suben a 41 los muertos en terremoto que remeció a Turquía y Grecia
TRAGEDIA. Socorristas continúan labores de rescate y lograron sacar con vida a tres niños y su madre desde los escombros de uno de los 17 edificios que se derrumbaron en Turquía. Del total de fallecidos, sólo dos se registraron en la isla Samos, Grecia.
Toda la jornada de ayer fue una carrera a contrarreloj para los equipos de rescate que buscan supervivientes en la ciudad turca de Esmirna, sacudida por el terremoto que el viernes causó al menos 41 muertos y donde se teme haya aún un centenar de personas bajo los escombros.
El temblor se sintió en las islas del este de Grecia, en su capital, Atenas, y hasta en Bulgaria. En Turquía remeció las regiones Egea y de Mármara, donde está Estambul.
Dos de las víctimas son adolescentes fallecidos en la isla griega de Samos, que dista apenas una decena de kilómetros del epicentro del seísmo, de 6,8 grados de magnitud, que se registró en el mar Egeo.
Los demás 37 muertos se contabilizaron en Esmirna, según indicó el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que se desplazó ayer a la capital homónima de esa provincia para visitar el lugar del desastre.
El saldo de víctimas mortales, así como el de los heridos supera los 885, sin embargo, es una cifra provisional, porque las labores de rescate aún continúan en Esmirna, donde los bomberos municipales y los equipos de AFAD, el servicio público de emergencias turco, han salvado a 103 heridos atrapados entre los escombros.
También han recuperado 36 cadáveres, a los que se añade el de una mujer que falleció ahogada una treintena de kilómetros más al sur, en la localidad costera de Sigacik, anegada por un tsunami momentos tras el temblor.
Atrapados
Las autoridades aún no saben con certeza cuántas personas siguen atrapadas bajo los escombros en la ciudad de Esmirna. Fuentes de la alcaldía estimaron al mediodía de ayer, en declaraciones a Efe, que podría tratarse de un centenar.
Durante la tarde, los equipos consiguieron rescatar de los escombros a varias personas que llevaban más de 24 horas atrapadas, entre ellas una madre con varios tres hijos y un hombre de 65 años.
Hasta el momento, los servicios de salud han atendido a 885 personas, de las que 642 ya fueron dadas de alta.
Otros 243 heridos seguían ingresados al anochecer de ayer, ocho de ellos en cuidados intensivos y, de éstos, tres se encuentran en estado grave, según dijo a la prensa el ministro de Salud turco, Fahrettin Hoca.
Barrio en falla
Turquía está atravesada por fallas y es propensa a sufrir terremotos. En 1999, dos potentes sismos mataron a unas 18.000 personas en el noroeste del país. Este tipo de fenómenos también son habituales en Grecia.
La mayoría de los 17 edificios que se desplomaron en Esmirna estaban en el distrito de Bayrakli, situado en la periferia norte de esta ciudad de cuatro millones de habitantes.
El barrio fue construido como urbanización popular en los años 60 y 70 del siglo pasado, y está asentado sobre la principal falla geológica de la provincia, por lo que los geólogos ya llevaban tiempo alertando de los riesgos en caso de terremoto.
Al mediodía de ayer, AFAD dio por concluida la búsqueda de supervivientes en ocho edificios, pero durante la noche continuó el trabajo en otros nueve, con más de 2.000 profesionales asistidos por 21 perros socorristas, según el organismo.
Las autoridades de Esmirna levantaron miles de carpas para dar acogida a las familias que se quedaron sin hogar o no pueden volver al suyo por precaución.
Grecia evalúa daños
En paralelo, ayer la Protección Civil de Grecia declaró estado de emergencia para los municipios de Samos oriental y occidental, donde se registraron los mayores daños.
A pesar que esta isla está solo a 16 kilómetros del epicentro del sismo, los daños son muy menores a los que registró Esmirna, y sólo algunos edificios antiguos se derrumbaron parcialmente o se agrietaron.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, quien viajó hasta Samos para conocer los daños, prometió que habrá indemnizaciones para los damnificados.