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¿Es común que existan pastoras en la iglesia evangélica?
-En las iglesias más tradicionales no hay un reconocimiento tan así del rol pastoral de la mujer, aunque sí está en la Biblia. Sin embargo, se ejerce igual. Por ejemplo, en la primera iglesia a la que yo iba era la esposa del pastor, no era la pastora, pero lo que logré captar es que el rol se ejerce igualmente, ya que es quien dirige principalmente a las hermanas.
¿Cómo describiría su experiencia como pastora?
-Es una experiencia muy gratificante, porque yo sé que esto es lo que Dios me llamó a hacer. Desde el momento en que le entregué mi vida a Dios, lo que obtuve fue paz. Entonces, desde ese momento estoy segura de donde estoy, porque sé que es la voluntad de Dios.
¿Cómo ha sido la experiencia de ejercer su labor pastoral en Valdivia?
- Para un santiaguino, venirse a Valdivia es como ir al paraíso. La calidad de vida acá es muchísimo mejor. El cambio de ciudad yo creo que fue lo menor, pero sí fue un desafío. En un momento claramente me costó, fue difícil y por momentos también fue muy grato ver los resultados de lo que uno trata de construir.
¿Qué es la Comisión Nacional Evangélica por la Familia (Confamilia)?
-Confamilia es una ONG que se formó hace bastante tiempo. Yo comencé a participar cerca de 2009. Esta organización empezó a orar a las afueras del Congreso Nacional en Valparaíso. Empezó a orar por todos esos proyectos de ley que veíamos eran contrarios a los valores cristianos y bíblicos. Empezamos a ir a las sesiones, a algunas comisiones y empezamos a relacionarnos con los parlamentarios, a conversarles, pues consideramos que ellos también necesitaban de Dios, por lo que también nos enfocamos en eso.
¿Por qué tomaron esa iniciativa?
-Lo hicimos porque había una necesidad. La iglesia en sí estaba súper alejada de este tipo de temas, de los proyectos de ley que estaban en discusión y más encima había una actitud muy arraigada en la iglesia de no meterse en esos temas. Vimos que era un terreno que estaba súper botado, que era necesario estar ahí y comenzar a informar a la iglesia de lo que estaba pasando, que había que orar, poner atención y ejercer presión en algunas cosas. Esto se fue formalizando y estableciendo a lo largo de los años y ya tenemos Confamilia a nivel nacional. Tenemos un encargado por región, el presidente nacional está en Valparaíso, él está presente cada día en el Congreso y junto a un equipo de profesionales cristianos se ha ido asesorando a la iglesia, para informar lo que está pasando. Piden audiencias con los parlamentarios para hablar de aquellos temas en que no estamos de acuerdo.
¿Cuál es su función como coordinadora regional de Confamilia?
-Mi función es comunicarnos con los pastores, relacionarnos con ellos y llevarles la información. Hacemos difusión de lo que está pasando y las medidas que hay que tomar.
¿Cómo ha sido la recepción de parte de ellos?
-Siempre es muy positiva. Ya nos conocemos y han visto que el trabajo de Confamilia es serio y que se ha extendido a lo largo del tiempo.
Contingencia
¿Cuál era su postura ante el plebiscito recién pasado?
-Nosotros en sí, la iglesia evangélica se mueve en el ámbito social. La iglesia no está alejada de la realidad, porque estamos insertos dentro de la sociedad. La iglesia hace un trabajo muy importante en favor de las personas, lo que se ve reflejado en visitas a hospitales, jardines infantiles, casa de acogidas, el trabajo en las cárceles y en otros sectores.
Cuando se produce ese estallido social en octubre del año pasado, dentro de las demandas sociales, nosotros como evangélicos sabemos que son ciertas y necesarias. No son un capricho. Pero nosotros nunca estuvimos de acuerdo con la violencia y vimos que este proceso fue manipulado por partidos políticos y se llegó a una solución de acuerdo de paz y nueva Constitución que nadie pidió.
Ahora vemos que la solución siempre estuvo en la voluntad política. Así como hubo voluntad política para sacar adelante el retiro del 10% de las AFP, también pudo haber voluntad para muchas cosas más. Nosotros siempre fuimos por la opción de rechazar para modificar lo que era necesario en la actual Constitución, no hacer una nueva, porque además veíamos que iba a ser la misma clase política la que iba a escribir esta nueva Constitución, los mismos que tomaron el acuerdo y que van a llevar sus candidatos. Para un independiente va a ser muy difícil llegar a integrar la Convención Constitucional. Consideramos que este fue un acuerdo en que la sociedad civil no fue escuchada.
¿Van a tratar de llevar representantes de la iglesia evangélica a la Convención Constitucional?
-Sí, vamos a trabajar en eso. A lo largo del país, en las regiones donde podamos estamos viendo la posibilidad de levantar candidatos para apoyarlos. Vamos a luchar por llevar constituyentes para resguardar lo bueno de nuestra Constitución, resguardar nuestras libertades, nuestros derechos. Son libertades que no nos fueron dadas gratis. Muchas personas evangélicas fueron trabajando por estas libertades y gracias a ese esfuerzo y sacrificio, hoy las disfrutamos.